El Real Valladolid afronta ante el Albacete un partido decisivo para respirar y garantizar el futuro de la entidad
Cuando suenen de nuevo en Zorrilla los acordes de ‘La senda del tiempo’, muchos de los aficionados al Real Valladolid sentirán, como cantaban los Celtas Cortos, que se han hecho viejos de repente. Extrañarán los mayores lo que un día fueron sus colores, y los más jóvenes el verde laurel que sus historias encierran. “Me dueles”, pensarán todos. Dispuestos a convertir el encuentro ante el Albacete en otra.
Será gris, triste, incluso. Pero podrá ser historia, al fin y al cabo. Quizá, ojalá, un punto de inflexión. Ya lo decía Ryan Bingham en el film; “cualquiera que haya construido un imperio o cambiado el mundo ha pasado por esta situación, y gracias a haberla pasado ha podido hacerlo”.
Llegó la hora de los valientes. La hora de la verdad; de dar un paso al frente. Ganar supone respirar; no solamente tres puntos, sino también, y lo que es más importante, a buen seguro garantizar el futuro de la entidad. No es que perder aboque a la desaparición, es que traerá más desasosiego, más dudas, más ansiedad, más estrés, más sufrimiento, y seguramente una proximidad mayor con el descenso, el adiós que nadie quiere decir a casi ochenta años de historia.
No cabe un cobarde, nadie que titubee. Hace falta decisión, hombría, que dirían los viejos cánones. Los que salten al césped nombrados por Alberto López deberán honrar al escudo y a las miles de almas que acudirán –esta vez sí– al templo de los sufridores para acompañarles. Y si hay alguno que no lo entiende así, es mejor que se quede en casa.
La hinchada ha hecho de la necesidad virtud y a invitación del club se prepara para dejarse la piel durante más de noventa minutos. La Federación de Peñas, cuyo tesón será premiado en los prolegómenos como la mejor de la categoría, ha preparado un ambiente que ha de llamar a la victoria, aunque huela poco a gloria. Porque quizá no la hay en la simpleza del objetivo, alejado de los grandes hitos, pero aun así la situación requiere del mayor aliento. Ya habrá luego tiempo para cobrar cuitas.
En este ambiente, arropado, se ha ejercitado el equipo este viernes por última vez. La semana ha debido servir, no queda otra, para mentalizarse de que la empresa es grande, aunque la cota sea pequeña. Todos y cada uno de los jugadores han tenido que interiorizar que sumar los tres puntos es una obligación ineludible, que el Real Valladolid es más que lo que está siendo, pero, humilde, por fin, debe demostrarlo sobre el césped.
Ya no caben malas tardes, tampoco los paños calientes: el objetivo es salvarse, y por tanto, el Albacete un rival directo. Conseguir tres puntos no da la permanencia matemática, pero cambiará la pésima dinámica de dos puntos de veintiuno que ha derivado en una situación que no por triste deja de ser real y merecida. “Si no lo revierten por ellos, que al menos lo hagan por nosotros”, piensa ‘la doce’. Juntos, todos, intentarán que llegue ese giro en la buena dirección.
Con todos sus hombres disponibles, Alberto ha descartado a Chica, Samuel, Guzmán y Alfaro, ya recuperado, pero aún falto de ritmo. Así, en el once habrá por lo menos un cambio, toda vez que Llorca fue titular en Vitoria. Asimismo, vuelven a una citación Manu del Moral y Rennella, fuera la última semana. La lista completa la conforman Kepa, Varela, Moyano, Juanpe, Marcelo Silva, Hermoso, Nikos, Álvaro Rubio, Leão, Tiba, Borja, Villar, Mojica, Del Moral, Óscar Rennella, Rodri y Roger.
El ‘Alba’, también necesitado
Precisamente haciendo gala de la humildad comentada el Real Valladolid ha de saber que el encuentro no será fácil, dado que el Albacete Balompié llega también tremendamente necesitado. En descenso y a cuatro puntos de la permanencia, acumula dos envites sin perder por primera vez desde enero, lo que le hará llegar a Zorrilla no tan mal como ha llegado a estar.
Dicen, la esperanza es lo último que se pierde, y después de ganar al Mallorca la semana pasada los de César Ferrando se querrán aferrar a esta para obtener un resultado positivo en Valladolid que les permita seguir soñando con la salvación. Fuera de casa, en cualquier caso, los manchegos no han sumado demasiado: solo dos triunfos por cuatro empates.
La convocatoria del técnico albaceteño la forman Juan Carlos, Dani Mallo, Fran, Núñez, Paredes, Antoñito, Córcoles, Adri, Fede, Jason, Carmona, César, Mario, D. Benito, Portu, Jona, Rubén y Víctor Curto.