Aunque ‘su’ Villa de Simancas perdió la categoría en Liga Nacional, el técnico franjiblanco será reconocido como entrenador del año por la FCyLF, como tributo a su dilatada experiencia

A alguno le choca, y él lo entiende. Aunque descendió ‘su’ Villa de Simancas a la Regional Juvenil, la Delegación Provincial de la Federación de Castilla y León –el jurado nombrado para tal cuestión– ha tenido a bien elegir a Álex Francisco como mejor técnico del año. No es la primera vez que se da un escenario como este, él lo sabe, y lo recuerda. Al final, esta mención no es tanto por la temporada en sí como a una trayectoria. Y, en su caso, esta no se puede discutir.
Y no lo dice quien escribe. Así lo atestigua dicha mención o el hecho de que fue elegido para, el pasado viernes, dar una charla a los árbitros en formación del Comité Técnico provincial. Su voz en este sentido está autorizada: en dos de sus tres últimas campañas en los banquillos dirigió al equipo más limpio de la categoría en la que se encontraba y más de un árbitro le conoce por su nombre de pila.
¿Qué supone esa charla que diste a los colegiados?
Es un reconocimiento del trato que tengo hacia los árbitros. En dos de los tres últimos años mi equipo ha ganado el juego limpio. Al final es bueno que te reconozcan la labor educativa que realizas en categoría juvenil.
¿Te resultó extraño el recibir la invitación?
El día que se conocen los premios de la Delegación me llamó Jesús Zancada [director deportivo del colegio de árbitros] para decirme que estaban interesados en que diera la charla. Me resultó sorprendente que fuese tan cercano. Me dejaron escoger el tema y quise reflejar cómo los entrenadores preparamos los partidos y cómo queremos que el jugador vea la función del colegiado.
En cierta manera, el entrenador y el árbitro tienen labores que son cercanas, puesto que los dos son deportistas.
Una de las cosas que comenté fue que el árbitro, como el entrenador, compite; le interesa que se saquen resultados para poder ascender de categoría. A todos nos interesa que las cosas salgan bien y competir bien y ser profesionales para crecer en lo nuestro.
Pero no sois profesionales…
Pero actuando así es como más uno disfruta, crece, aprende… Siempre tenemos que ir reciclándonos o que ir ampliando conocimientos, y los árbitros igual. Aunque sabemos que estamos en fútbol aficionado, es la forma en la que debemos actuar para ser mejores.

Premio a una trayectoria
¿Qué sensación te provocó el ser elegido como entrenador del año?
Lo valoro porque lo recibo en un momento complicado en el que hago la peor temporada de las diecisiete que llevo entrenando. Para mí es un orgullo se hayan acordado de mí. Lo veo como un reconocimiento a mi trayectoria.
Pero sabes que a alguno le podrá sorprender, después de descender con su equipo.
Sé que es llamativo, pero no es la primera vez. Tengo un buen amigo, Eloy Hernández, a quien también se lo dieron cuando bajó con el Liga Nacional del Laguna, pero con esto se ve que se valoran más aspectos, no solo el competitivo. Yo traté de ser lo más competitivo posible; la gente me invita a pensar que es un premio a una trayectoria.
¿Y cómo ves tu carrera?
Me he visto nacer en los campos de arena, he crecido en los campos de hierba artificial y sigo creciendo. Me quedo con toda la gente que he conocido; en San Viator Isidoro Alegre, en La Victoria Ignacio Tejedor, que en paz descanse, en el Betis el haber tratado con Peque y su Betis, Vidal en Mojados, una persona más cercanas que puedes encontrar en el fútbol, el metódico y calculador Ángel Valerio en Laguna, la súper profesional de María José Macía en Simancas… Con eso es con lo que me quedo.
Al final, a estos niveles, es lo que le queda a uno, ¿no?
Hace poco me encontré con un chaval al que entrené en mis inicios en el San Viator que ya era padre. Otra vez un mismo caso con un jugador del Betis… Al final piensas en cómo pasan los años. Lo más satisfactorio que puedes recibir como técnico es que tus exjugadores te reconozcan y te presenten a sus parejas o a sus hijos. Para mí es una satisfacción; es una forma de ver que tienen un buen recuerdo mío.
¿Qué es lo que le anima a seguir con esa profesionalidad?
La cantidad de amigos y de gente que he conocido. Lo que al final saco es que yo miro mi agenda del móvil y si tengo 800 contactos, 700 serán de gente de fútbol. El fútbol es una parte muy importante de mi vida, no solamente porque lleve más de la mitad de mi vida entrenando, sino porque al final las personas con las que más trato son gente que está relacionada con el fútbol.
