Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Y la meta, al fin. No ha sido el mejor viaje, tampoco la forma más adecuada de llegar, pero el camino se ha terminado de una vez por todas. Bueno, todavía no. Queda el último trámite, el último escalón, que por desgracia para el que espera enfrente puede ser un paso mortal hacia Segunda B. Y es que el Mallorca llega a Zorrilla dispuesto a jugarse la vida.
Así funciona el fútbol. En una cara de la moneda uno tiene en boga el ser o no ser, una posible desaparición en caso de perder la categoría. Otro, por el contrario, ya piensa en la próxima temporada consciente de que esta que termina será una de esas para olvidar. Pero el choque tiene que disputarse, y en la pelea por la permanencia a los bermellones solo les vale ganar.
Todo o nada
No ha sido fácil la temporada que termina para el equipo entrenado por Fernando Vázquez. La clasificación, decimonoveno con 46 puntos en 41 jornadas, vienen a dejar bien claro que el curso no ha sido precisamente un camino de rosas para un club con más historia en Primera que en Segunda en la época contemporánea y que podría dar con sus huesos en la categoría de bronce. Y es que Almería y Ponferradina, con un punto más, parten con ventaja en esta loca carrera.
Sí, ellos también se enfrentan a Córdoba y Girona que también se juegan el play off, mientras que el Valladolid no tiene más que perder que la honra, pero solo vale ganar y esperar a que uno de los otros dos tropiece. Sobra decir que la situación no es demasiado cómoda para los isleños, que tendrán que tirar de transistor en Zorrilla.
¿Y qué se ha hecho mal y qué bien esta temporada? Por desgracia, el primer capítulo es más extenso que el segundo. Lo cierto es que de 41 choques tan solo se han conseguido ganar once, un porcentaje demasiado bajo como para escapar de la quema, con trece empates y hasta diecisiete derrotas a las espaldas.
La solución no parece fácil, y es que las aguas bajan revueltas en las islas. Vázquez es ya el tercer entrenador de la temporada tras los despidos del Chapi Ferrer y de Pepe Gálvez, pero se trata solo de la punta del iceberg. El cuatro de enero se abrió un viso a la esperanza cuando el estadounidense Robert Sarver compró un club a la deriva, pero no ha sido la solución a un vestuario que no ha conseguido espabilar en ningún momento y que no cuenta con una economía boyante. ¿Y el juego y entretenimiento sobre el césped? Bien, gracias.
Pende de un hilo

Bien puede ser culpa de los tres entrenadores, bien puede serla de los jugadores, lo cierto es que la situación es de alarma total. No se plantea otro escenario que la victoria en Zorrilla, lo que depende en gran parte de la actitud que puedan tomar los de Alberto López este sábado ante un público hambriento. Bien es cierto que dos tristes triunfos en veinte partidos como visitante en lo que va de temporada no es aliciente muy grande.
Así es, y es que no es por plantilla, ya que el Mallorca tiene entre sus filas varios jugadores interesantes, pero que es evidente que no han encontrado la sintonía necesaria en todo el curso, ni siquiera con la metodología de tres técnicos diferentes. Además, en el cómputo final de goles tampoco son demasiado alentadoras las cifras, con tan solo 36 dianas en los 41 partidos ligueros y 44 tantos encajados en contra.
¿Y cuáles son esos nombres de relumbrón? Coro, Héctor Yuste, Thierry Moutinho, Arana, Joan Oriol… Futbolistas de esos que sorprende ver en una situación difícil en la categoría de plata, por no hablar de otros como la perla de la cantera, Brandon Thomas, o Adrián Colunga y Pol Roigé. Así las cosas, Zorrilla dictará sentencia este sábado.
Curiosidad del rival de esta jornada: Fernando Vázquez vuelve al estadio blanquivioleta donde ya vivió un descenso que bien recordarán los aficionados hace bastantes años, con lo que no será buen escenario para el técnico por recuerdos evidentes. Podría tratarse de su segundo descenso consumado en el José Zorrilla.
