El central boecillano, que se marchó al Málaga CF en la temporada 2011/12, se convierte en el segundo fichaje del Promesas para la próxima campaña

Hace ya un lustro, el Real Valladolid sufrió una descapitalización dentro de una generación que apuntaba muy alto. Dos de los futbolistas más prometedores nacidos en 1995 se marcharon; el uno, el extremo Iván Alejo, al Atlético de Madrid, el otro, el central Fernando Calero, al Málaga CF de los petrodólares.
Después de cinco temporadas en la Costa del Sol, el defensor boecillano vuelve a la que fue su casa para enrolarse en las filas del Promesas durante una campaña. Se convierte así en el segundo fichaje del filial para el nuevo curso, después del de Mario Gómez.
Calero, que se fue del Real Valladolid en edad cadete, viene de ser pilar fundamental del Atlético Malagueño, con el que disputó 35 partidos en la última campaña –33 de ellos como titular–, en la que luchó por ascender a una Segunda B en la que debutará como blanquivioleta a las órdenes de un Rubén Albés que ve así más o menos cubierta la parcela central defensiva, en la que ya no estarán Iván Casado, Nacho Porcar y Cristian y sí los dos nuevos y Rubén, que sube del División de Honor.
El defensor boecillano, que cumplirá veintiún años en septiembre, firma hasta el treinta de junio de 2017, como ya lo hiciera la primera cara nueva. Cabe recordar que en su primera etapa como jugador del Real Valladolid llegó a ser convocado por la selección española, en categoría sub 16, lo que habla de un potencial que espera explotar en el retorno a su ciudad y que le llevó a hacer la pasada pretemporada a las órdenes de Javi Gracia con el primer plantel malacitano.
