Rai Marchán, tercer fichaje del Real Valladolid Promesas tendrá un rol muy específico de ‘vertebrador’ dentro del vestuario

Hace años, el escritor Martí Perarnau desvelaba dos tipos de rol existentes dentro del filial del Fútbol Club Barcelona. Los jugadores se dividían en dos categorías distintas, de perlas o vertebradores. Los primeros son aquellos jugadores potenciales para alcanzar el primer plantel (preferiblemente). Los segundos, otros más experimentados que acompañan la formación de esos futbolistas con proyección aun a sabiendas de que seguramente no llegarán a la primera plantilla.
En esta segunda categoría entraría Rai Marchán, tercer fichaje del Real Valladolid Promesas de cara a la temporada 2016/17. Como ya no será jugador sub 23, toda vez que cumple esta edad en agosto, y como cuenta con cierto bagaje en la Segunda División B, se espera de él que venga a dotar de experiencia a un vestuario que se prevé bastante joven.
Terminada su etapa juvenil, con diecinueve años, fue cedido al Leganés, que por entonces todavía militaba en esta categoría. Venía de jugar en el Juvenil B del Real Madrid, entidad a la que llegó en 2010 procedente de su Cataluña natal. A las órdenes de Pablo Alfaro no terminó de encajar, quizá por su juventud, y apenas jugó 397 minutos repartidos en siete encuentros, de los cuales solo uno fue completo.
Allí coincidió con los exblanquivioletas Xavi Carmona, Juanmi y Vadillo. A su vuelta al Real Madrid lo haría con su buen amigo Óscar Arroyo. En el segundo filial fue el décimo jugador con más minutos, 1.863, correspondientes a 32 encuentros. Solo dos hombres como Melero y como Álvaro Medrán le impidieron ser titular con mayor asiduidad… y quizá alcanzar en participación al también blanquivioleta Ángel.
Con el descenso del Real Madrid C a la Tercera División, al contrario que otros (como el propio Ángel), se quedó, esperando quizá un salto al Castilla, con el que se llegó a ejercitar en diferentes ocasiones, pero jamás llegó, y con la desaparición de ese equipo C, tras jugar veintiún partidos, no le quedó otra que marcharse.
Por eso el verano pasado firmó por el Valencia Mestalla, volviendo así a la categoría de bronce. Después de trabajar a gusto con José Aurelio Gay, no contó demasiado para Curro Torres, que tan solo le utilizó en siete ocasiones, sumando apenas 493 minutos. No pudo demostrar en exceso el tipo de jugador que es, de toque, de los que amasan el balón.

Un perfil que no había
En el pasado mercado de invierno el Real Valladolid se puso en contacto con sus representantes para tantearlo como opción. Finalmente, se decantaron por firmar a Jorge Juliá para esa posición. Con la llegada del verano, la oportunidad se volvió a presentar y la firma terminó por estamparse.
Pero, en lo futbolístico, ¿qué puede dar Raimon Marchán al filial? Ese tipo de fútbol, de posesión, de toque. Esa opción para el pivote que aporte equilibrio y creación, merced a ese buen trato del esférico y a su lectura del juego.
El pasado enero de 2015, en una entrevista concedida al blog FutGoal reconocía que, por su posición, su principal referente es Sergio Busquets, a quien definía como “uno de los mejores mediocentros defensivos del mundo”, si bien destacaba también a otros como Xabi Alonso, Xavi o Toni Kroos.
Meses más tarde, en Diario CHE, se definía como “un jugador de equipo, competitivo y que necesita ganar, tácticamente inteligente y con buen trato del balón”, características que debe demostrar en un filial carente hasta su llegada de un jugador capaz de llevar el peso del centro del campo, toda vez que el resto de jugadores son de un perfil diferente –unos más defensivo, como Mario Robles; otros, como Renzo Zambrano, más cercanos a la posición de mediapunta–.
Por eso, además de por esa dosis de experiencia, tiene cabida. Aunque no haya tenido en la categoría la continuidad que hubiera deseado, no es óbice para negarle la oportunidad de buscarla en Los Anexos, ahora ya sí, vestido de blanquivioleta, mientras ayuda a potenciar a otros y colabora con el fin último de la permanencia. Con el rol de vertebrador que tendrá.
