No tenía buenas sensaciones Abel con respecto al partido ante Las Palmas y el final del encuentro terminó por darle la razón. El Real Valladolid cayó ante un rival que no conocía la victoria desde el 27 de noviembre cuando los canarios, por entonces entrenador por Paco Jémez, vencían al Rayo Vallecano.
Catorce jornadas después el equipo, ahora entrenado por Juan Manuel Rodríguez, se ha desquitado de la presión que venían arrastrando durante todos estos meses a costa de un Valladolid que estaba en plena escalada hacía los puestos de play-off.
Los pucelanos fueron, no obstante, bastante superiores a su rival en el computo global del partido. La salida de los de Abel al terreno de juego tenía solo un objetivo, la meta defendida por Mariano Barbosa. El argentino fue con sus paradas el mejor jugador de su equipo durante la primera parte. Eso muestra también el poco acierto de los blanquivioletas durante los primeros cuarenta y cinco minutos.
Abel sacó de inicio el mismo once que una semana antes había vencido a la Ponferradina en Zorrilla. Y en el arranque del partido le funcionó la apuesta, con un Nauzet muy incisivo poniendo en serios apuros al que fue su equipo.
El canario protagonizaba casi todas las jugadas de ataque de los de Abel e incluso vio una cartulina amarilla por una acción en la que pidió penalti aunque el árbitro, Amoedo Chas, consideró que el canario se había tirado a la piscina.
Cuando mejor jugaba el Valladolid llegó el mazazo, además en un momento delicado del partido, cuando la primera parte estaba a punto de expirar. Un centro de Pedro Vega desde la banda izquierda era rematado por el veterano medio centro Josico al fondo de la red. El 1-0 suponía un gol psicológico justo antes del descanso.
Después del paso por los vestuarios, el Valladolid ya no salió igual que en la primera mitad fruto del varapalo que había supuesto el gol de Josico. El técnico local hizo dos cambios en el periodo de asueto, dando entrada a Pollo y Armiche por Josico y Jonathan Viera. Parecía una forma de tratar de amarrar el partido, como finalmente sucedió.
A diferencia de la primera mitad, Las Palmas defendía mas lejos de su portería, fruto de un bajón experimentado por el Valladolid que ya no estaba tan fino en los pases. Por si fuera poco, los jugadores canarios paraban una y otra vez a los hombres de Abel con faltas, algunas al límite del reglamento. Hasta seis jugadores locales vieron cartulina amarilla por sus duras acciones.
Abel buscó un revulsivo metiendo a Jofre por un desaparecido Jorge Alonso. La entrada del catalán no cambió demasiado las cosas, Álvaro Antón pasó al centro, su posición predilecta, pero poco importó, ya que no era tampoco el día del canterano. Quién tampoco aparecía demasiado era el pichichi Javi Guerra que no fue el de los últimos partidos.