Análisis del próximo rival del Real Valladolid.

Veinte de marzo, Estadio Rico Pérez. El Osasuna de José Luis Mendilibar rendía visita a un Hércules necesitado de puntos, con Esteban Vigo en la cuerda floja. El partido acabó en hecatombe para los locales, con un contundente 0-4 que a la postre supuso la destitución de Vigo y la llegada de Djukic.
Era la imagen del inevitable descenso, con la afición en contra el equipo, las arcas del club en números rojos y una plantilla hundida.
Hoy la situación es muy diferente. Con el equipo ya en Segunda, Djukic emprendió el camino hacia Zorrilla y llegó a Alicante Juan Carlos Mandiá, con el único objetivo de devolver al equipo a primera división.
Se han ido jugadores como Trezeguet, Valdez o Drenthe y han llegado otros con menos nombre pero igual de válidos para la categoría, como es el caso de Falcón, Diego Rivas o Aganzo.
En cuanto a la actual clasificación, pocas cosas negativas se pueden decir del Hércules. El equipo cumple perfectamente la media inglesa con 32 puntos en dieciséis partidos de Liga, además de llevar diez jornadas como líder de la categoría. Los de Mandiá muestran una gran solidez defensiva con tan solo 9 goles en contra y una gran capacidad para rentabilizar sus goles, ya que llevan dieciséis en tantos partidos. Una media de un gol por jornada, estadística sorprendente para tratarse del líder de la categoría de plata.
Eso sí, el Hércules llega en el que probablemente sea el peor momento de la temporada, con solo una victoria en los últimos cinco partidos y con dos derrotas en los dos últimos partidos en casa. El juego basado en las bandas de Mandiá había funcionado bien al principio, pero parece que empieza a flojear desde hace varias jornadas o, al menos, ya no es tan efectivo.
Flojos en casa
El hecho de que el Hércules lleve más puntos fuera de casa (diecisiete) que en el Rico Pérez (quinte), donde ha sumado sendas derrotas frente a Elche (1-2) y Murcia (0-1), deben ser alicientes más que suficientes para que el Real Valladolid saque algo positivo en su visita a Alicante.
El Pucela no lleva tampoco unos grandes números lejos de Zorrilla, con solo una victoria fuera de casa en ocho partidos, aunque es cierto que también lleva una única derrota. Los empates son una constante del Pucela, que acumula seis en los ocho encuentros posibles cuando coge el autobús para enfrentarse a su próximo rival. Los de Djukic deben dar un paso al frente, aprovechar las estadísticas negativas del Hércules y dar un salto hacia la victoria.
Las paperas, un grave problema
Varios jugadores de la plantilla del Hércules se han encontrado con un problema vírico, que no es otro que un brote de paperas. Adrián Sardinero, Felipe Sanchón, Linares, David Aganzo y Míchel Herrero se han visto afectados, aunque parece que solo será Sanchón el que se pierda el partido de este domingo.
Mayor contratiempo supone la baja de Samuel, un fijo hasta ahora para Mandiá en el once del equipo alicantino. El defensa sufre un esguince en el ligamento lateral del tobillo derecho y estará al menos tres semanas de baja. También se quedará fuera del partido Alberto Escassi, con molestias en el pubis.
De lo que no puede quejarse Mandiá es del apartado de sanciones, ya que los herculinos no tendrán ninguna baja ni por expulsión ni por acumulación de amarillas.
Curiosidad del rival de esta jornada: El último equipo que entrenó Djukic antes de aterrizar en Valladolid fue precisamente el Hércules, al que dirigió los últimos nueve partidos de Liga en los que terminó de consumarse el descenso. Lo que no sabe mucha gente es que Djukic todavía no ha visto ni un solo euro por los casi 3 meses que pasó allí.
