El Real Valladolid cosechó la primera derrota de la temporada y también encajó un gol en contra en la primera parte

Corría el reloj en el Heliodoro Rodríguez López. Mata y José se acercaron en los primeros compases del partido a la portería defendida por el exblanquivioleta Dani Hernández, pero nada. Pasó el minuto diecisiete y el 0-0 seguía campando en el marcador. Curioso cuando en los tres choques en los que el Real Valladolid ha marcado gol, se ha estrenado antes de ese minuto.
Ante el Real Oviedo, José Arnáiz logró estrenarse en el 17′; en el partido ante el Rayo Vallecano no hubo goles; y frente al Girona, Lichnovsky marcó en el tres y Mata remató el partido en el dieciséis. Incluso en Copa del Rey, Míchel abrió la lata en el minuto seis. Pero el estadio tinerfeño continúa gafado para los blanquivioletas que, desde el ascenso en 2007, no se les da nada bien.
Paco Herrera puso en el once inicial a los mismos jugadores que la semana pasada, a excepción del lesionado Joan Jordán. Por tanto, en esos puestos estaban los futbolistas que consiguieron perforar la portería rival los cuatro choques anteriores.
Tampoco se estrenaron los demás, y eso que Iban Salvador tuvo la mejor oportunidad del encuentro, pero prefirió tirar a puerta antes que cedérsela al compañero que le seguía la jugada y Dani Hernández desbarató la ocasión. Lo que viene después ya lo saben.
Con el 45′ ondeando en el marcador y un córner muy protestado por parte de los hombres de Paco Herrera, Carlos Ruiz aprovechó la pasividad de la defensa blanquivioleta y marcó a placer. Becerra poco pudo hacer nada más que recoger la pelota del fondo de la red. Por primera vez en 315 minutos ligueros, el Real Valladolid iba por debajo en el luminoso y tenía que remar contra corriente.
Al Pucela le quedaba la segunda parte para poder remontar el marcador, o al menos, empatar. La primera parte fue aceptable, al menos, la defensa fue más segura y apenas concedió ocasiones, salvo un despiste que costó muy caro. El paso por vestuarios no hizo despertar a los albivioletas, sino todo lo contrario. Fueron los minutos más flojitos de este equipo, que tuvo nula capacidad de reacción y con una gran distancia entre líneas, lo que provocaba que el Tenerife se plantara en su área con cuatro pases.
Ni el intento de Herrera por solucionarlo con un doble cambio, haciendo debutar a Drazic, logró surtir efecto. El Real Valladolid cosechó la primera derrota de la temporada ante un rival correoso en un campo muy complicado. Si los blanquivioletas han sabido sufrir con el marcador a favor, deben saber afrontar la situación contraria y, sobre todo, sobreponerse. Queda mucho y esto debe ser solo un lunar. Porque este Pucela tiene mucha guerra que dar.
