El once inicial del Real Valladolid frente al Huesca fue el duodécimo con más partidos en la LFP de cuantos comenzaron la jornada. El que acabó, el octavo con menos

Foto: Real Valladolid
En el entorno y dentro del Real Valladolid hay cosas que se repiten como un mantra. Una de ellas es que es el segundo equipo más joven después del Sevilla Atlético, y, tal y como se cuenta AQUÍ, sí pero no, debido a que, aunque por muy poco, el CD Mirandés también lo es a menos que se tenga en cuenta la participación de Mayoral y Renzo. Otro mantra es que además de imberbe carece de experiencia, algo que si bien ya se había dicho se achacó especialmente después de la derrota ante la Sociedad Deportiva Huesca.
Esta realidad también tiene un asterisco, unas comillas que la envuelven. Porque no hay duda de que hay jugadores bisoños, aunque no es el lobo tan fiero como lo pintan. Y es que si uno suma todos los partidos disputados por los blanquivioletas que tuvieron minutos ante los oscenses en la Liga de Fútbol Profesional salen los datos que se dan a continuación.
El once que fue titular en la última jornada acumula (sin tener en cuenta este inicio de temporada) 993 apariciones en la LFP, 669 en Segunda y 324 en Primera. Curiosamente, menos en las dos categorías que su rival, que arrancó la campaña con una experiencia de 607 y 130 encuentros, respectivamente. Mientras tanto, los que acaban el envite sumaban antes de comenzar el curso 609 entorchados en Segunda y 238 en Primera; más que el Huesca en la máxima categoría (86) pero menos en la de plata (659).
Esta es la experiencia de los veintidós equipos iniciales y finales en la fecha siete:

Entre paréntesis, los partidos disputados en Primera. Fuente: Elaboración propia.
Como se puede ver, ocho equipos titulares tenían menos experiencia que el último del Real Valladolid en Segunda División. No solo eso, sino que además, si se tiene en cuenta la acumulada por los blanquivioletas en Primera, los ocho se convierten en diez. No obstante, llegados a este punto, debería tenerse en cuenta que cuatro titulares, Balbi, Rafa, André Leão y Álex López, acumulan más de 250 partidos de máximo nivel en el extranjero (101, 17, 127 y 22, según datos de Transfermarkt).
Cierto es que algo semejante se puede encontrar en diferentes rivales, pero no por ello esa experiencia debe ser desdeñada. Ciertamente, en una hipotética clasificación podría haber una alteración hacia arriba o hacia abajo, pero conviene quedarse con lo importante: que el once que puso en liza Paco Herrera suma 1.260 partidos ligueros al más alto nivel.
¿Es, por lo tanto, la inexperiencia una excusa? No debe, puesto que todos salvo José acumulan más de cincuenta partidos entre primeras y segundas categorías. Ni tampoco debe serlo la juventud, puesto que la media de edad de ese equipo inicial es de 27’27, casi dos años y medio más de la media de la plantilla.
Claro que, una vez Paco Herrera movió el banquillo, la cosa cambió. Introducidos los cambios, esa media de edad se redujo hasta los 26’09 y, además de José, sobre el tapiz hubo otros tres jugadores con escaso bagaje: Luismi, Ángel y Salvador. Con ellos, el Real Valladolid es incapaz de empatar, aunque en su descargo cabe decir que los tres goles se producen antes de que el Pucela agote los cambios, por lo que lo que luego se entendió como problema era en un inicio el intento de buscar una solución.
La figura del veterano de guerra
Lo que es cierto que no tiene el conjunto blanquivioleta es al típico veterano de guerra con mil batallas en la categoría. El jugador más viejo del plantel es Guzmán, que tiene 32 años y está todavía inédito. Mientras, en los rivales es más o menos fácil encontrar a alguien más mayor que el pacense, incluso, quien tiene el poso y la experiencia como para liderar una situación de bloqueo y frustración como la vivida ante el Huesca.

Para más inri, al margen del propio Guzmán (168), solo Isaac Becerra (135), Javi Moyano (119) y Juan Villar (106) tienen más de cien partidos en la categoría, un hecho que, efectivamente, podría estar penalizando a los blanquivioletas o haberlo hecho el pasado sábado, independientemente de la clasificación antes vista. Mientras tanto, en el rival del mismo sábado uno puede toparse con Juanjo Camacho, quien a sus 36 años ha jugado 291 veces en Segunda.
Eso de lo que adolece el Pucela es habitual encontrarlo en otros equipos como activos más o menos importantes, al igual que el citado. Por ejemplo, David Rodríguez (30 años y 269 encuentros) es básico en el Alcorcón, como Seoane (33 años y 238 partidos) en el Lugo, Juli (35 años y 260 partidos) en el Córdoba y así hasta un largo etcétera de futbolistas habituados a las vicisitudes de una Segunda a la otros se han de acostumbrar pronto para, como se espera, ocupar posiciones altas.
