La Asociación de Veteranos del Real Valladolid colabora e impulsa el proyecto ‘Reminiscencia’ con pacientes de alzheimer de la residencia Vallesol

La enfermedad siempre golpea sin avisar. Es, por definición, dañina, dolorosa, para quien la sufre en primera persona y para el entorno que le rodea. No hay una sola que se reciba con buenos ojos, como agua de mayo. Y todas, a su manera, hasta un simple constipado, son duras. Dentro de esta dureza, hay un tipo de enfermedades que duelen porque borran la mente, la identidad de la persona, la encierran en sí misma y tiran por el sumidero la llave de acceso, y la pérdida de facultades la siente mucho quien le acompaña porque ya no es él o ella.
El alzheimer es una de ellas. Para quien no es especialista en términos técnicos, médicos, pero sí por el padecimiento de una de esas personas, como familiar, se trata de una enfermedad casi indescriptible sin utilizar palabras malsonantes. Tiene la capacidad de borrar lo que alguien es; toda su mente: lo que ha vivido, los rostros, la razón, el cariño, la vida, en fin.
Pero, antes de que todo se torne en nada, hay un estadio primario que capaz de conectar con aquello que un día fue, en el que el paciente, si se le estimula, muestra retazos del pasado o emociones diversas.
Todo el que haya accedido a este artículo sabrá que este no es un portal médico; ni siquiera de apoyo al cuidador o al acompañante. Sucede que el fútbol y el Real Valladolid forman parte desde hace escasas fechas de esa estimulación del paciente de alzheimer a través del proyecto ‘Reminiscencia’, impulsado por la Federación Española de Asociaciones de Futbolistas Veteranos, en este caso, de los blanquivioletas.
Esta iniciativa no es la primera en el ámbito nacional, aunque sí amplía el horizonte de lo que se venía haciendo. Anteriormente, la revista Líbero editó e imprimió cuatro ejemplares exclusivos con referencias a las décadas de los 50, 60, 70 y 80 en un intento de ser esa chispa que encendiera la llama de las emociones. Porque por encima de todo eso es lo que retrotrae el fútbol a estas personas, emociones.
Javier Torres Gómez es uno de los integrantes de la Asociación de Veteranos del Real Valladolid que participan en este proyecto, desarrollado en la residencia Vallesol. El exjugador y entrenador explica que se está haciendo con diez personas elegidas por tener previamente una conexión con el fútbol y que las sesiones, que se desarrollan los martes, duran dos horas.
Estas sesiones sirven para que, a través de recuerdos en clave blanquivioleta, estas personas recuerden diferentes episodios de su vida. El estímulo consta de imágenes o vídeos de la historia de la entidad y conecta con sus edades más tempranas. “En una sesión, un anciano contaba cómo paseando por el Paseo Zorrilla veía a Coque cuando iba a entrenar siempre con un balón en los pies”, ejemplifica Torres Gómez.
Este ejercicio es gratificante, por el cariño recibido por los pacientes, y emocionante, por ver cómo reaccionan evocando, por ejemplo, la época en la que Emilio Morollón destacó. “En ocasiones están desconectados, o no son capaces de recordar, pero de repente se produce una chispa y empiezan a contar historias como si estuvieran viviendo ahora ese momento. Es algo muy bonito”, agrega.
De algún modo este proyecto sirve para dar otra utilidad al fútbol, y para quien se implica en primera persona, “para aprender muchas cosas del Real Valladolid” de la voz de gente que vivió episodios tales como la final de la Copa del Generalísimo de 1950. Volviendo a quienes padecen, es un modo de darles ‘libertad’, de buscar recuperar siquiera durante unos instantes lo que fueron, de que sientan de nuevo cuanto sintieron a través del balompié.
* Haz clic AQUÍ para conocer la iniciativa ‘Fútbol vs Alzheimer’ desarrollada por Líbero.
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