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El balón parado, esa “sangría”

por Jesús Domínguez
3 de noviembre de 2016
Foto: LFP

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Paco Herrera definió así lo que le está sucediendo al Real Valladolid a la hora de defender acciones de este tipo. De los once tantos encajados en liga, cuatro llegaron de ese modo

 

Becerra lamenta el gol encajado en El Nuevo Arcángel Foto: LFP
Becerra lamenta el gol encajado en El Nuevo Arcángel
Foto: LFP

Sucedió después del partido de Copa del Rey frente al CD Tenerife. Entonces el Real Valladolid no encajó en una acción de ese tipo, pero Paco Herrera, tajante, no dudó en definir como una “sangría” aquello que a su equipo le pasa a balón parado. Transcurridas doce jornadas ligueras, solo de esa manera se puede considerar al hecho de recibir cuatro goles de once, a los que hay que sumar los tres encajados desde el punto de penalti.

La preocupación del técnico es máxima, y para subsanar estos errores trabaja. Sin embargo, en El Nuevo Arcángel volvió a mostrar su preocupación: “Estamos sufriendo en los saques de esquina y en determinadas faltas. Para nosotros este tipo de acciones son una sangría. Supongo que será por la altura, tenemos un equipo bajito. Aunque estamos tratando de corregir cosas y las hemos corregido en buena medida”, aseveró en la sala de prensa del estadio cordobés.

Con anterioridad al tanto de Caro, después del grosero error de Becerra, el conjunto blanquivioleta había encajado en otro córner ante el Tenerife, en una falta lejana botada por el UCAM Murcia y tras un saque de banda contra el Girona, cuatro goles que suponen un 36’36% de los recibidos en este tipo de acciones, los mismos que en jugadas dinámicas, frente al 27’28% desde el punto de penalti (ante el CD Lugo, la SD Huesca y la UD Levante).

Casualidad o no, los tres primeros tantos recibidos a pelota parada llegaron en tres jornadas consecutivas, la tercera, la cuarta y la quinta, por lo que entre el tercer y el cuarto gol de este tipo transcurrieron seis partidos. Si bien no son lo mismo, en la sexta, la séptima y la octava se dieron sendos penaltis, sí podrían hablar de algún problema a la hora de defender de no ser de diferente tipo (un agarrón, un barullo en el área tras un error en la salida de balón y un golpeo en un salto, respectivamente).

A pesar de estos pesares, no se puede decir que el Real Valladolid defiende mal, porque es el sexto equipo que menos encaja de toda la Segunda División, solamente mejorado por el Real Oviedo (seis goles), el Reus (ocho), el Levante, el Mallorca y el Alcorcón (diez), y por ese otro dato ya citado: solo ha recibido cuatro goles en jugada trenzada.

 

¿Cómo subsanar el problema?

Llegados a este punto, y siendo los penaltis errores subsanables pero no relacionados con una conducta específica, es evidente que Paco Herrera y su cuerpo técnico han de incidir en las acciones a balón parado para seguir mejorando estos números, porque, en honor a la verdad, aunque el equipo llevaba semanas sin encajar un gol así, la sensación de amenaza es habitual, y aunque todo equipo tiene debilidades ‘incurables’ (por la falta de muchos futbolistas ‘antiaéreos’), el riesgo puede ser siempre minimizado.

Álex Pérez conduce el cuero Foto: Real Valladolid
Álex Pérez conduce el cuero
Foto: Real Valladolid

Para empezar, en teoría, Álex Pérez ayuda en esta faceta. Fichado como un especialista en el juego aéreo, se está destapando como algo más que eso, gracias a su buena colocación y a su apoyo en la salida de balón. Como él, también Lichnovsky es de gran envergadura, si bien parece claro que Herrera prefiere tener al menos un central más hábil en la salida como Guitián o Rafa, parecido a lo del medio, donde, por su corpulencia, pese a ser más bajo que los dos anteriores, Luismi podría ser otra solución de no ser por otras carencias.

Con todo, el arreglo es difícil si de nombres se trata, toda vez que para ponerlo con los tres citados a la vez habría que condicionar el juego. ¿Qué otra cosa se puede hacer? Lo primero en lo que uno puede pensar es en evitar ese tipo de jugadas, aunque seguramente tampoco sea sencillo puesto que vienen del afán de evitar otras.

Moyano y Balbi son dos laterales de perfil defensivo y que tienden a ir al suelo, algo que puede derivar en una falta lateral o en un saque de esquina. Con el manejo del tackling (porque los dos lo manejan bien) evitan ser sobrepasados y/o un posterior centro, pero a cambio a veces conceden este tipo de acciones, como seguramente se pueda percibir que hacen otros en un análisis más pormenorizado.

No obstante, siempre que cuenten con los apoyos adecuados, ellos dos y los demás actores defensivos podrían recibir una indicación que llame a evitar según qué intervenciones… si es que no la han recibido ya y siempre que no se considere que el riesgo es mayor, puesto que ello podría conllevar que Becerra reciba más disparos en jugada dinámica.

Cabe recordar, en todo caso, que indicaciones de este tipo son una práctica habitual que por ejemplo Miroslav Djukic daba. Con él en el banquillo del Real Valladolid, los blanquivioletas evitaban cometer faltas en el balcón del área, por el riesgo de un golpeo franco, así como de una segunda jugada o de un centro.

En el momento actual, ¿sería esta la solución? Mejor lo sabrá Paco Herrera. Pero lo cierto es que, lo sea o no, de una mayor reducción de esta amenaza depende una mejor nota en el apartado defensivo. Con este problema, el Real Valladolid ya defiende de forma notable. Si lo soluciona o lo minimiza, aspirará al sobresaliente o a la matrícula de honor.

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