Análisis del próximo rival del Real Valladolid

Un tropiezo es comprensible, no hay motivo para dejar de escalar. Con semejante premisa debe afrontar el Pucela su segundo partido consecutivo fuera de casa tras la derrota de hace apenas unos días en casa del Elche, consciente de que una derrota es solo eso, un traspiés. Toca levantar la mirada, encarar el próximo compromiso y, por qué no decirlo, echarle un poco de testiculina para regresar a los puestos de play off.
La tarea no será sencilla, desde luego. Triste circunstancia la de tener que disputar dos choques seguidos como visitante, y más si acabas de romper lo que se podía considerar una buena racha. Enfrente espera un Numancia dispuesto a batirse el cobre ante su afición en Los Pajaritos, un campo no especialmente propicio para los blanquivioletas.
Mirando arriba
Bien es cierto que no les queda otra opción a los de Paco Herrera, y es que otro resultado que no fuera ganar distanciaría en demasía de los puestos nobles. Pero es que el Numancia también llega con ganas de resarcirse tras una racha más bien irregular. Los rojillos acumulan la friolera de siete partidos sin puntuar de tres, lo que les ha condenado a la vigésimo primera posición en la tabla, un puesto cuanto menos peligroso.
Catorce puntos mediante en mismo número de jornadas, los de Jagoba Arrasate han tardado pocas jornadas en ponerse a sí mismos la soga al cuello apenas comenzada la Liga. Bien hay que decir que el hecho de ser el rey del empate (ocho de estos catorce partidos) han hecho bastante por dejar colgado al equipo en la clasificación. El objetivo es simple; transformar esas igualadas en victorias.
Y es que un comienzo de temporada algo irregular ha dejado difusos los objetivos de un Numancia que el curso pasado se quedó en un quiero y no puedo traducido en un décimo puesto desprovisto de sabor alguno. Después de un paso por Primera hace no tantos años y de algunos años buenos en Segunda en los que se amagó con play off, nunca ha habido ese premio real que se sueña con repetir alguna vez.
Desde luego, para este año el comienzo no ha sido el mejor. Arrasate, en su segundo año en el banquillo, ha intentado dar un salto de calidad en cuanto a juego que por ahora no se ha visto traducido en resultados. De hecho, todavía queda mucha distancia que recorrer en este sentido, como ya ha hecho ver la afición con críticas a varios jugadores, al propio entrenador y a su pizarra. Precisamente los dos últimos partidos, con sendos empates frente a Tenerife (1-1) y Elche (2-2), han dejado patente estas sensaciones de fútbol cansino.
A la ofensiva

Y es de esto de lo que debe aprovecharse el Real Valladolid este sábado. De una incertidumbre que parece pulular sobre las cabezas de los numantinos, que a modo de curiosidad llevan más goles a favor, quince frente a trece, que los blanquivioletas. ¿Su punto débil? La defensa, claro, con diecinueve dianas encajadas.
No pueden presumir los sorianos tampoco de buenos números en casa, después de sumar dos victorias, tres empates y dos derrotas en sus siete encuentros disputados como local. Pese a que no sea el escenario más propicio a tenor de las últimas visitas del Pucela, todo hace indicar que es una oportunidad inmejorable para reponerse del tropiezo ante el Elche.
¿Y qué tiene el Numancia en su arsenal? Pues para empezar, un viejo conocido y rockero de la copla como es Manu del Moral, quien ya acumula seis de los quinces goles con color rojillo, mientras que Marc Mateu o Unai Medina son de los pocos que se están librando del duro látigo de las críticas del aficionado de a pie en Soria, además de los hermanos Luis y Pablo Valcarce, un pequeño rayo de luz en las tinieblas del descenso.
Al Pucela solo le queda taponar adecuadamente las ofensivas laterales del Numancia, un arma que puede hacer daño a la contra, para tener posibilidades reales de puntuar en Los Pajaritos. A tenor del juego desarrollado por ambos equipos en las últimas jornadas, todo puede darse.
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Curiosidad del rival de esta jornada: Probablemente nadie lo recuerde a estas alturas, pero el Numancia puede presumir de ser el primer equipo que derrotó al histórico Barcelona de Pep Guardiola. Todo sucedió el 31 de agosto de 2008 en Los Pajaritos. En la primera jornada de Liga los sorianos consiguieron tumbar con un solitario gol de Mario Martínez al que terminaría siendo un conjunto que pasaría a la historia del fútbol.
