El conjunto rojiblanco mereció correr mayor suerte frente al franjirrojo, pero se volvió con las manos vacías en un partido de cero a cero

Al San Pío X le pasó en la mañana del domingo lo mismo que a la temperatura en Madrid: empezó dando sensación de ir a calentar, espoleado por las dos victorias que precedían a su visita al Rayo Vallecano B. Con el paso de las horas, no fue más que una ilusión y terminó frío, tras caer sin merecerlo.
El partido era de esos que tenían pinta de ir a acabar con el empate a cero con el que todos empiezan. Desde el primer momento los dos equipos se tuvieron mucho respeto, lo que hizo que el choque fuera igualado, si bien las vallecanas eran más capaces de plasmar su fútbol combinativo. Las vallisoletanas, por su parte, la tocaban entre las laterales y las mediocentros antes de buscar a las delanteras, sin precisión. Para desgracia de los dos entrenadores, predominó el centrocampismo y la ausencia de ocasiones en una primera parte que acabó con gol.
Casi en la última acción del primer periodo, Dafne puso por delante al Rayo B al recoger un rechazo de una compañera, en una falta lateral que no pudo atajar Lucía. El tanto fue un jarro de agua fría, por el momento en que llegaba y porque ningún equipo había puesto en apuros al rival.
La sensación en las filas rojiblancas era de querer y no poder, porque el centro del campo no era capaz de imponerse al del rival, que tampoco generaba mucho, no obstante, siendo el dominio alterno. En el segundo periodo la cosa cambió, propiciado porque las del barrio de Girón jugaron con el viento a favor y con mayor ambición. Además, adelantaron líneas, impidiendo a las madrileñas salir de su campo, algo que, por otra parte, tampoco intentaban en demasía, o no con el cuero controlado; con buscar un contragolpe que pudiera sentenciar el encuentro les bastaba. De esta forma tuvieron una ocasión, aunque no la materializaron.
Las de Martín Olmedo no consiguieron llegar con claridad, aunque dispusieron de la oportunidad más clara con una falta lateral lejana que golpeó en el larguero antes de ser repelido por la zaga. Antes, solo Lore dispuso de un disparo peligroso, y ni siquiera Moni fue capaz de alterar al marcador, pese a jugar los últimos minutos, ya con la intención de revolucionar las cosas.
Luchó hasta el último momento contra un rival que se vio superado, pero el San Pío no pudo puntuar, algo que habría sido justo, no tanto porque sobraran las ocasiones o el buen juego como porque precisamente estas no se dieron y el tanto llegó en una acción aislada. “No fue nuestro día; por más que lo intentamos no pudimos volver con algo positivo”, lamentaba más tarde su técnico.
Por si esto fuera poco, la jornada no fue buena para los intereses de las rojiblancas, después de que el Vallecas se impusiera al Alhóndiga, alejando la salvación a tres puntos. Ese resultado favorable a las vallecanas, con todo, mete a su rival en la pelea por la permanencia y hace que haya tres conjuntos con dieciséis unidades, ellos dos más el Pozuelo de Alarcón, por las quince que tiene el Torrelodones y las trece del San Pío.
La liga para el próximo fin de semana y volverá dentro de dos con el enfrentamiento en Los Cerros ante el Olímpico de Madrid, actualmente sexto, con veintidós puntos, por tanto, desahogado, aunque peligroso, ya que los últimos tropiezos del CD Parquesol le pueden espolear para pensar en ocupar la cuarta plaza al final del curso.
