Análisis del próximo rival del Real Valladolid
Ganar, ganar y ganar. Y después, volver a ganar. Esta semana el Real Valladolid puede hacer suya la tan manida frase de Luis Aragonés, que encaja como anillo al dedo para las necesidades blanquivioletas. Después de tres victorias en los últimos cuatro partidos, es el momento de dar el impulso definitivo hacia la parte alta de la tabla, esa que se encuentra tan apretada a estas alturas de temporada.
¿Y qué mejor oportunidad para hacerlo que ante un rival de altos vuelos? Un Girona que tiene bien marcados los objetivos para esta temporada recibirá a un Pucela que sueña con dar la campanada. ¿Y por qué no?
A fin de cuentas este equipo está demostrando en los últimos partidos que cuando quiere, puede. Que cuando lo busca, tiene mimbres y puede dar de sí. Eso sí, el rival no lo pondrá fácil.
Aspirando a todo
Y es que este Girona mira a prácticamente todos los equipos por encima del hombro, por lo menos en cuanto a clasificación se refiere. Los de Pablo Machín, quien ya tiene bien imprimido su sello en el equipo, y de qué manera, descansan en la segunda posición mirando de reojo, que nunca se sabe, al líder Levante. Los catalanes, 42 puntos en estas veintitrés jornadas. Los blaugranas, 49. Con casi toda la segunda vuelta por delante, nunca se sabe.
El camino restante comienza precisamente por una victoria este fin de semana ante el Real Valladolid. Hace tan solo unos días tuvo que ser el Elche, como local, quien rompiera una buena racha que había acumulado el Girona con un solitario gol que supuso el 1-0. Hasta entonces, 2-0 frente al Sevilla Atlético, 2-0 ante el Córdoba, 0-2 en casa del Zaragoza y un 4-2 para derrocar al Nástic. Cuatro victorias como cuatro soles.
No es casualidad ni la posición ni los triunfos de los de Machín. Después de dos temporadas a las puertas del ascenso, la última en la fase final del play off que se llevó Osasuna, los gerundenses comenzaron el año como uno de los claros candidatos al ascenso, aunque solo sea por jugadores y por historia reciente. Este año se está confirmando que hay mimbres y resuena con fuerza el ascenso directo.
Los números así lo demuestran. Veintitrés partidos, traducidos en doce victorias, seis empates y cinco derrotas. A la lista, 37 goles a favor por apenas 21 en contra. Se dice rápido que el Girona es el equipo que más goles suma de toda Segunda División, además del detalle nada insignificante de que no ha perdido ninguno de los doce choques jugados en casa -ocho victorias y cuatro empates-.
Eficacia goleadora
El juego de este Girona es sencillo, bonito de ver, por lo menos en cuanto al desarrollo y agradable a ojos vista para el espectador de Montilivi, que por cierto está disfrutando esta temporada casi aún más que en las dos últimas anteriores. Y ya es decir. La metodología es toque directo, veloz, a la búsqueda de dos delanteros sedientos de goles en un esquema 4-4-2.
Cuando la ocasión lo requiere, presión agobiante. Cuando toca variar y bajarse al barro, defensa eficaz y a la búsqueda de los dos tanques de arriba. Es lo que tiene tener un equipo trabajado, que las variantes se acumulan para cada ocasión. Sandaza, Longo, Portu, Alcaraz… Muchos nombres que apuntalan un once habitual y que si algo garantizan son goles.
¿El goleador? El propio Longo. Ocho goles en su haber, seguido de cerca por Borja García con seis. Y en el tercer cajón del podio, empatados Sandaza, Alcaraz y Portu con cinco. El equipo que más goles ha celebrado jornadas cuenta con una artillería a temer.
Curiosidad del rival de esta jornada: No se disputará el partido de este fin de semana en Zorrilla, pero lo cierto es que el Girona tiene en su haber un récord negativo en el feudo blanquivioleta. Los catalanes guardan un 8-1 en la temporada 1958/1959 como un mal recuerdo ya que se trata de la mayor goleada que se han llevado en sus 86 años de historia a domicilio.