Los de Paco Herrera buscarán certificar su mejoría en un campo donde el Girona no ha perdido en esta temporada

un tanto en el partido de ida
Foto: LFP
Superada la cuesta de enero, toca corroborar que lo visto en este arranque de 2017 no fue un espejismo. Para ello, el Real Valladolid visita Montilivi para enfrentarse al Girona, eterno candidato al ascenso en las últimas temporadas y actual segundo clasificado.
Una vez más, los catalanes se cruzan en el camino de los blanquivioletas. El calendario se ha empeñado en que sea el conjunto dirigido por Pablo Machín el que mida las fuerzas de los pupilos de Paco Herrera. El choque ya de por sí tiene importancia: el Real Valladolid sumaría ante un rival directo tres puntos que le permitirían ratificar su candidatura al ascenso.
Y, por si a alguno no le bastaba con lograr una nueva victoria, esta se conseguiría en un campo en el que los vallisoletanos no han ganado nunca. De hecho, el balance es bastante negativo para el Pucela, que suma cuatro derrotas y un empate en Montilivi.
Todavía es posible echar más leña al fuego: ningún equipo ha conseguido ganar al Girona en su feudo esta temporada. Ocho victorias y cuatro empates es el bagaje que acumulan los gerundenses en Montilivi, de donde solo se han escapado ocho puntos de 36 en juego.
Una derrota no sería tan mala noticia
Pero, ¿y si regresar de tierras catalanas con una victoria no fuera tan importante? Es más, ¿y si lo conveniente para el Real Valladolid fuera volver derrotado? Lo más seguro es que llegados a este punto usted, lector, piense que quien escribe estas líneas ha perdido la cabeza. “Después de exponer los argumentos que harían aún más valiosa la victoria, ¿ahora aboga por la derrota?”, pensará.
La explicación a este radical cambio de parecer se encuentra en el partido de ida. El conjunto de Paco Herrera venció por dos goles a uno al Girona en el José Zorrilla, lo que le permitió colocarse tercero en la tabla. A partir de ahí, el declive: llegaron las cinco derrotas consecutivas y, con ellas, los primeros titubeos. Fueron, sin duda, los tres puntos más caros de los conseguidos en la presente temporada.

Por su parte, el Girona se vio inmerso en una dinámica de resultados irregulares, pero ni de lejos tan negativa como la del Real Valladolid. En este caso, las tornas se invirtieron y la victoria, en lugar de fortalecer, debilitó más de lo esperado. Por lo tanto, si los tres puntos terminaron por traducirse en cinco jornadas sin sumar, ¿una derrota no implicaría cinco semanas sumando de tres en tres?
Está claro que nada ni nadie garantiza que esto suceda; de hecho, es más una utopía que una posibilidad factible. En el fondo, lo que quien firma esto quiere decir es que no sería tan terrible perder si los resultados que vienen después son favorables al Real Valladolid. Que sí, que no se pueden dejar escapar más puntos, y menos ante rivales directos, pero será mejor sacrificar tres puntos a encadenar otra racha de derrotas que aleje definitivamente los puestos de ascenso.
Sea como fuere, lo único que parece estar claro es que Montilivi será piedra de toque para medir la evolución de los de Paco Herrera. Los primeros compases de la segunda vuelta son el momento para presentar la candidatura al ascenso, y el Real Valladolid no puede dejar escapar esa oportunidad. Regresen los blanquivioletas con tres puntos, uno o de vacío, la visita al Girona condicionará el devenir de los acontecimientos. Solo queda esperar que, esta vez, la balanza se incline del lado del Pucela.
			