Análisis del próximo rival del Real Valladolid
El tiempo pasa, las jornadas transcurren y la ilusión no llega. Simplemente, el Real Valladolid no da con la tecla. Vale que no está fácil, que la Segunda División está este año muy pareja, al menos para colarse en play off, pero tantas y tantas jornadas después las excusas se terminan. Cuando tan solo quedan quince partidos por disputarse la necesidad apremia, y esta solo se sacia a bases de goles, buen juego y victorias. Y no, como diría la canción aquella, no hay manera.
Es una evidencia que el Pucela por ahora no ha encontrado los factores necesarios para jugar de manera regular por ahora. Sí, cualquiera puede ser el primer encuentro de una muy buena racha, y a este clavo ardiendo es al que deben agarrarse los aficionados blanquivioletas. Porque el rival que espera delante esta vez podría terminar de poner en un aprieto a los de Paco Herrera; el Huesca espera en El Alcoraz.
En plena pugna
Efectivamente, el partido podría tener más trascendencia de la que podría parecer inicialmente para el Valladolid. Otro resultado que no fuera llevarse los tres puntos de terreno oscense supondría caer definitivamente en la mediocridad de la tabla, por no hablar de que una potencial derrota supondría dar vida a un contrincante en la carrera por la liguilla de ascenso. El Huesca ocupa actualmente la novena posición de la tabla con treinta y seis puntos, a solo tres del Pucela.
Un mal resultado dejaría muy, muy tocado al Real Valladolid, quien ante la falta de resultados positivos en casa se está teniendo que buscar las habichuelas lejos de Zorrilla. El problema es que los de Juan Antonio Anquela, Anqueloti, no están dispuestos a hacer la tarea sencilla. De hecho los aragoneses acumulan tres jornadas sin hincar la rodilla y ven el partido de este domingo como una ocasión perfecta para dar alcance a la sexta plaza.
Sí, precisamente hace tan solo unos días se cosechó un empate en casa del Elche (1-1), pero lo cierto es que los azulgranas firmaron un partido más que notable, de esos vibrantes que dejan buen sabor de boca pese a concluir con igualada. Y echando un poco más la vista atrás, los triunfos ante Sevilla Atlético (2-1) y Córdoba (0-2) sí dan fuerza para afrontar una fase fundamental de campeonato.
La metodología de este Huesca es sencilla, tanto que casi sorprende. Trabajo, trabajo y más trabajo, bañado con una considerable dosis de humildad. Así, en su tercera temporada consecutiva en la Liga de plata, el objetivo marcado en principio es la permanencia, pero dadas las sensaciones y los números presentes, tendría que ocurrir una hecatombe en este sentido para que hubiera descenso a Segunda B. De hecho ya se mira bastante más hacia arriba que hacia abajo en la clasificación.
Expediente aprobado
¿Pero y a qué juega exactamente este Huesca de Anqueloti? Bien es sabido el gusto por el buen juego del entrenador jienense? Toque, toque y toque, gusto por el fútbol ofensivo y una formación, por norma general, de 4-2-3-1 con ganas e intención de ensanchar el campo. De esta manera los aragoneses suman treinta y cinco goles a favor y treinta en contra en veintisiete jornadas, una media aceptable.
Sabiendo que el equipo desarrolla en líneas generales un juego más o menos divertido y agradable para el espectador, lo cierto es que las expectativas marcadas de aquí a final de temporada son altas. Soñar es gratis. El Huesca no es precisamente uno de esos clubs que se caracterice por un presupuesto desorbitado y en la ciudad todo el mundo es consciente de las limitaciones del equipo.
No deja de tener buenas armas el conjunto oscense a pesar de todo. Seguro que le suenan los nombres de Borja Lázaro, una de las jóvenes revelaciones de la temporada ya con seis goles, Juanjo Camacho, Lluís Sastre o David López, además de Álvaro Vadillo, el especialista, que por suerte no estará este domingo por sanción. No se incrementará su cuenta de siete goles en Liga.
Curiosidad del rival de esta jornada: No se le da demasiado bien El Alcoraz al Real Valladolid, campo en donde no ha ganado nunca en Liga. Son tres las ocasiones en las que los blanquivioletas han viajado a Huesca, y el mejor botín fue un empate frente a dos derrotas. Este domingo tocará romper la tendencia.