Álex López y Juan Villar son los favoritos para suplir la baja de Sergio Marcos. Sin embargo, aunque descabellado, el momento de Anuar invita a, por lo menos, considerarlo como alternativa

Probablemente si a principios de temporada alguien preguntase a un aficionado del Real Valladolid si se imaginaba a su equipo saltando a cualquier campo sin Álex López o Juan Villar formando parte del once recibiría una respuesta negativa. Fichaje estrella el uno, el jugador más determinante del pasado curso el otro, se esperaba que fueran importantes, pero de momento no lo están siendo.
O no al menos en la medida que se esperaba. El gallego, aunque empezó bien y había muchas esperanzas depositadas en él, jamás ha dado su mejor versión, aquella que mostró años atrás en el Real Club Celta. El onubense, como él, se ha limitado a ofrecer chispazos puntuales muy alejados de aquel duende que encandiló durante el año pasado. Sin embargo, ambos tienen la oportunidad este fin de semana de volver al once y reivindicarse.
La baja de Sergio Marcos abre la puerta para que uno de los dos forme de inicio ante el Levante UD. Llegados a este punto, ya no hay debate sobre el dibujo: lo que la hinchada quiere es que su equipo compita y dé la cara, después de perder fuelle y dejar una imagen más bien pobre en las últimas semanas. De ellos querrá, además, menos apatía, más intensidad; que estén a la altura de lo esperado.
Álex López, suplente en los últimos cuatro partidos, ofrece una vía más continuista y cercana a lo que desde el principio ha deseado Paco Herrera: que sus jugadores puedan dominar a través de la posesión. Por su parte, Juan Villar ha sido suplente en los dos últimos encuentros y se perdió el anterior por sanción, escenario poco esperado y distante de lo que puede ofrecer, merced a su juego: el dominio del espacio y remate en el segundo palo.
Opte por la opción que opte el entrenador, lo estará haciendo por la jerarquía, la de un jugador con ascendencia y llamado a ser determinante en la categoría. Será una lanza rota a favor del que juegue, algo que seguramente necesitan ambos. El reencuentro o la aparición de sus mejores versiones tan solo llegará con minutos… aunque hasta ahora por más que han tenido no han sido ellos.
Claro, que existe una tercera vía menos correcta desde el punto de vista del sostén del vestuario, que pasa por la entrada de Anuar. El canterano, ya con garantías de que formará parte de la primera plantilla la próxima campaña, aportaría frescor en mediocampo, algo tan necesario en general en el Real Valladolid a estas alturas, visto lo visto.
El ceutí está siendo una de las noticias más agradables del Promesas, merced al gran crecimiento que ha experimentado. Su participación garantizaría que en el centro del campo hubiera equilibrio, dado que por su despliegue sería un complemento ideal para Leão, podría liberar a Jordán de labores oscuras y ser, asimismo, un generador de desorden por su dinamismo y sus conducciones en campo rival.
Parece descabellado, en parte precisamente por esas conducciones, si bien el propio técnico ha hecho notar en varias ruedas de prensa que lo merece. Y si lo merece, falta que se le premie con aquello que es justo, cabría añadir. No sería un regalo, sino eso, una recompensa por el trabajo bien hecho. Una quizá menos merecida por los dos anteriores pero que se entendería, como algo así como un “esto lo sacan los profesionales”.
En cualquier caso, participe quien participe, como Markel, deberá suponer un soplo de aire fresco a un once que en las últimas jornadas ha repetido en tres ocasiones y ofrecido resultados de todo tipo, pero siempre sensación de desfondarse. El hecho de que Sergio Marcos no vaya a estar durante varias semanas abriría al susodicho la posibilidad de asentarse en el once… siempre que, efectivamente, antes se reencuentre consigo mismo.
