Aleksandar Isailovic, hijo del mítico delantero del Real Valladolid, es uno de los principales puntales del Cadete B y ya marca goles con el Regional, que está a un paso de ser campeón
Pese a su fama; la de su gente, es Valladolid una ciudad acogedora. En las categorías inferiores del Real Valladolid hay unos cuantos apellidos ilustres que lo constatan. Uno de ellos, de origen balcánico, es el de Isailovic, aquel delantero que llegó a ser el fichaje más caro de la historia del club. En la base lo porta su hijo Aleksandar, de catorce años, que se mueve a caballo de los dos equipos cadetes.
Conocido futbolísticamente como ‘Isa’, pertenece a la plantilla del Cadete B, aunque suele entrenar con el Regional, con el que debutó la temporada pasada siendo aún infantil. Y es uno de los jugadores más destacados de su generación, la del 2002, que va camino de reeditar el título de la Primera Provincial y que se proclamó campeona el curso pasado en la Infantil Regional con veinte goles suyos. Pichichi en la Primera Cadete, con treinta goles, también ha visto puerta en Regional.
A las órdenes de Iván Cabezudo ha dispuesto hasta ahora de 421 minutos, repartidos en trece partidos, y ha anotado cinco tantos, con una media nada desdeñable de uno cada 84’2 minutos. Y, si todo va como debe, con sus dos equipos saboreará las mieles del título, puesto que el primer cadete está a un paso de alzarse con el campeonato (será matemático este mismo sábado si gana al Fútbol Peña en La Palomera) y el segundo es líder destacado.
En el pasado mes de marzo actuó en cuatro partidos, dos con cada conjunto, e hizo cinco goles en 226 minutos, cuatro con el Provincial en los dos encuentros que disputó completos y uno con el Regional, con el que dispuso de 66′ repartidos en dos envites. Pero no solo, sino que además volvió a salir en los medios de comunicación serbios –como hace un año, cuando fue internacional–, como demuestra la imagen de arriba.
En dicha publicación, de Blic Sport, se habla del interés del Atlético de Madrid y del Málaga en su fichaje, un hecho que en las mismas líneas descarta en un principio su padre, Dragan Isailovic, hoy empresario restaurador afincado en Valladolid, quien apuesta porque de buenas a primeras continúe con su formación en casa.
Cuenta con un físico imponente, gracias a sus 191 centímetros, que permiten que tanto su zancada como su velocidad sean factores diferenciales en su juego.
Su condición casi de atleta le convierte en un ‘especialista’ que destaca al contragolpe y como delantero puro; como el tradicional ariete que fija centrales. Aunque la primera cuestión permite catalogarlo no solo como un jugador de área, también, debido a que el trabajo llevado a cabo con él está focalizado en que sea, en la medida de lo posible, un delantero moderno, con una buena coordinación y un registro más amplio y asociativo que pueda suplir, llegado el caso, una eventual reducción de su espectro goleador.
Todavía en los albores de su proceso formativo, su cuerpo es el de un jugador potencial que todavía debe ser pulido. Por lo que pueda pasar, el Real Valladolid tiene garantizado su futuro a través de un contrato de formación de los varios que tiene firmados con futbolistas así, que ostentan esa condición de potenciales.