Al margen de la evidente mejora económica, el canterano compartirá club, y quizá de cuando en vez entrenamientos, con algunos de los mejores atacantes del mundo

Dice el tópico que al Real Madrid y al Barcelona no se les dice que no. El aficionado puede tender a pensar que sí; a defender sus colores. Sin embargo, pocos románticos quedan en el fútbol, y por norma son eso, hinchas. De entre los profesionales casi no hay quien se les resista, por múltiples motivos.
Jose Arnaiz es la viva prueba de ello. Y quizá haya quien, visceral, o cuanto menos pasional, no lo entienda. Que pruebe a ser más cerebral quien no lo comprenda; a imaginar que recibe una oferta de una de las mejores empresas de su sector, con la evidente mejora económica que ello conllevaría. ¿Diría que no a cambio de quedarse donde está en unas condiciones que no se le parecen?
Es verdad que el fútbol es distinto. Es distinto en tanto en cuanto muchos sentimientos lo rodean, pero que nadie caiga en el autoengaño: el fútbol es una profesión en la que, como en cualquier otra, quien se dedica a ello quiere prosperar. Y aunque por descontado existen más cuestiones a ponderar, la prosperidad pasa mucho, muchas veces, por el apartado económico.
Que vaya a jugar en el filial puede llevar a engaño o a pensamiento en contrario, pero incluso aunque su sitio vaya a ser ese, y el objetivo en principio menor, supone un crecimiento. Supone una posibilidad de enrolarse en una estructura potente y que seguramente le permitirá entrenar con algunos de los mejores atacantes del mundo en más de una ocasión.
Si el corto plazo le ofrece esto, a la espera de conocer los pormenores de su nuevo contrato, en el medio y en el largo se puede intuir en él un jugador de primer nivel, que si ya se veía en el Real Valladolid, puede verse más favorecido, puesto que el mercado para un futbolista de su nuevo estatus es incluso mayor que el que se le puede abrir como blanquivioleta.
Aunque el deseo del Pucela sea ascender a Primera División, y él habría alimentado ese deseo y las aspiraciones de alcanzarla, dice otro tópico del mundo del fútbol que pasar por uno de los dos grandes abre más puertas que no hacerlo. En todo caso, claro está, deberá destacar a las órdenes de Gerard López si pretende abrirse camino como futbolista de primera orden.
 
			