 No está el Real Valladolid para consentir bajas en la situación tan delicada en la que se encuentra. El pasado sábado los blanquivioletas volvieron a ofrecer una mala cara fuera de casa, pero la actuación del árbitro, Pino Zamorano, también influyó en el resultado, además de condicionar con sus decisiones el próximo partido de los de Abel en casa ante el Granada.
No está el Real Valladolid para consentir bajas en la situación tan delicada en la que se encuentra. El pasado sábado los blanquivioletas volvieron a ofrecer una mala cara fuera de casa, pero la actuación del árbitro, Pino Zamorano, también influyó en el resultado, además de condicionar con sus decisiones el próximo partido de los de Abel en casa ante el Granada.
El colegiado madrileño le mostró a Javi Guerra en la primera parte una cartulina amarilla por golpear a un rival en el salto por un balón, una decisión excesivamente rigurosa que el club considera injusta. De no ser retirada esta tarjeta Javi Guerra se perdería el próximo partido al cumplir el ciclo de tarjetas amarillas.
Más relevante fue la tarjeta roja mostrada a Javi Jiménez por coger el balón con las manos fuera del área, cuando todas las imágenes demuestran que atrapó el balón dentro,la sanción será, igualmente, recurrida por los servicios jurídicos del club.
Las molestias de Justo Villar y Jacobo podrían obligar a Abel a tirar el fin de semana nuevamente del canterano para el partido ante el Granada. De no ser necesario, Jiménez jugaría con el filial ante la Ponferradina “B” en un partido en el que el Promesas se juega defender el liderato recuperado este fin de semana con la victoria ante el CD Aguilar.
