El delantero serbio ex del Real Valladolid se presenta como la gran amenaza de un Celta B que llega a Los Anexos sin conocer la derrota
Foto: La Voz de Galicia
El Real Valladolid Promesas no consiguió sacar nada positivo de su salida a O Vao ante un Coruxo que se presenta como un rival directo por la permanencia. Esto le hace ser colista con una única unidad, igualado con otros dos equipos de la región, Gimnástica Segoviana y Guijuelo, y con el Pontevedra.
Por si esto fuera poco, los diez goles encajados le hacen ser el conjunto más goleado de los cuatro grupos, cierto es, provocado esto por la escandalosa goleada recibida ante el Rayo Majadahonda. Y por si no fuera suficiente hasta aquí, recibe este fin de semana al equipo del que fue su técnico la temporada pasada.
El Real Club Celta B llega a los Campos Anexos en un proceso de recomposición semejante al que se está viviendo en Valladolid, después de la profunda renovación que se ha acometido entre sus filas con salidas como las de Samu Araújo, Gustavo Ledes, Borja Fernández, Borja Iglesias o Hicham a clubes de Segunda División. Es por ello que si bien hay que reconocer que el presupuesto es mayor que el del Promesas, está todavía “construyendo equipo”, que diría Rubén Albés.
Sin embargo, las comparaciones van a ser inevitables cuando se vea a Rai en el verde con el ‘5’, a Albés dando indicaciones en la banda y a Toni Madrigal a su lado, mal que le pese a un Carlos Salvachúa que no termina de dar con la tecla. Aunque en su beneficio cuenta el que ha tenido bajas en las primeras jornadas y hasta el final del mercado no llegaron dos ansiados mediocentros, aún no ha sido capaz de conseguir algo mínimamente compacto.
Ahora bien, no hay mejor momento para reivindicarse que este domingo desde las 12:00 horas. Un resultado positivo permitiría al técnico ahuyentar los malos augurios que, pese a lo pronto que es, ya se ciernen sobre su plantel, y a este para demostrar que ni los que se han quedado son tan malos ni el talento de los recién llegados había sido aumentado. Por pronto que parezca, conviene reivindicarse con una buena actuación y, a poder ser, con una victoria.
Después de ser suplente en Vigo, podría ser la hora de ver a Mayoral titular por primera vez en lo que va de curso. Más dudas hay con respecto a la defensa y al planteamiento inicial, puesto que en el último partido volvió a haber probaturas atrás, entre ellas con un Carrascal que trajo de la mano una variación en el dibujo, con tres jugadores centrales por primera vez, él, Javi Pérez y Miguel Marí, sacrificando a cambio a un Miguel que volverá en las próximas fechas con la selección.
La lista de convocados se conocerá instantes previos al acto, aunque son sabidas las bajas de Becerra y Alvarado, el primero con un problema en una mano y el segundo recién llegado de su país, terminados al fin los trámites burocráticos que permiten su incorporación definitiva. Apa y Pablito, por su parte, serán de la partida con el Juvenil de División de Honor contra el Atlético Casarrubuelos, por lo que, aunque podrían jugar, parece descartado salvo contratiempo.
Mientras tanto, el Celta B llega a Valladolid invicto, con ocho puntos, después de ganar en casa al Pontevedra y al Unión Adarve y de empatar fuera contra la Gimnástica Segoviana y el Atlético de Madrid B en dos partidos en los que mereció quedarse con las tres unidades y en los que destacaron los dos exblanquivioletas que hay en sus filas.
Rai Marchán es el ancla, el cinturón de seguridad. Ejerce de corrector en el centro del campo ante el mayor vuelo que suele tener el futbolista que le acompaña, como cuando Anuar lo hacía en el Real Valladolid Promesas, y, tal y como entonces, es la extensión del técnico dentro del tapiz, gracias, también, a que es uno de los jugadores más mayores y con más experiencia del plantel.
Y, sobre todo debido a la ausencia de Brais Méndez, convocado por Juan Carlos Unzué para el partido que el primer equipo disputa contra el Espanyol, Dejan Drazic es el máximo exponente del ataque celtiña. Autor de tres goles y de varias asistencias en estas cuatro primeras jornadas, cuando está activo (y lo está), su calidad es diferencial en la categoría, a la que ha bajado a fin de encontrarse y encontrar por fin su aclimatación al fútbol español y, de paso, para colaborar en el deseo (más que afán de optar a las posiciones altas de la tabla del conjunto celeste.
El filial vigués notará la baja de Méndez, un conductor voraz que supera líneas y ataca espacios de forma contundente desde la mediapunta, pero contará con el balcánico, que aparece por todo el frente del ataque desde una posición de partida de delantero. Precisamente esa volatilidad es la que puede dañar a la zaga blanquivioleta, que hasta la fecha se ha mostrado rígida e incapaz de leer los movimientos de apoyo y ruptura de los puntas móviles rivales.
Si el ‘factor Drazic’ es la gran amenaza, no es la única, puesto que otros elementos de ataque se han resuelto válidos en este inicio de curso, como Juan Hernández, autor de dos goles. Otro de los peligros a neutralizar es el juvenil Diego Pampín, que vuelve después de su convocatoria con el primer equipo el anterior encuentro y que, reconvertido, actúa como un lateral izquierdo de mucho recorrido y presencia.
Con todo, la convocatoria celeste está conformada por Jero, Sotres, Riki, Kevin, Ros, Robert, Aarón, Diego Alende, Tià Sastre, Pampín, Molina, Rai Marchán, Solís, Dennis, Agus, Drazic, Juan y Pastrana. El extremeño García Gómez será el colegiado del encuentro.