El nuevo entrenador del Real Valladolid B apela a la autocrítica y al componente emocional como primeros pasos para que el Promesas mejore

“Con toda la ilusión del mundo”. Así ha llegado Miguel Rivera al Real Valladolid para sustituir a Carlos Salvachúa en un Promesas un tanto desnortado. Este miércoles fue presentado en la sala de prensa del José Zorrilla, en una comparecencia que empezó con un mensaje de afecto a su predecesor, marcado por unos problemas de carácter personal y señalado por los malos resultados.
Después de las dos primeras sesiones al cargo de su nuevo equipo, ha detectado que lo primero que debe hacer es “recuperar la mente por encima de condiciones físicas, técnicas o tácticas”. “Hay que tener solidez y demostrar que creemos en lo que estamos haciendo. Falta recompensar ese esfuerzo, la concentración y las ganas. Todo se reduce a un resultado”, alega.
Rivera, que ya se ha visto en estas en otros equipos, a los que llegó en una circunstancia semejante a la actual, sabe que es prioritario “cortar esta dinámica negativa” y espera “conseguir un resultado positivo lo antes posible” para reforzarse mentalmente “y empezar a crecer”.
Y mimbres cree que tiene, aunque considera que “hay que trabajar mucho” aspectos que cree “necesarios para adquirir nivel competitivo”. “Estamos capacitados por capital humano y por nivel. Estamos capacitados, sí, con mayúsculas; rotundamente sí”, explicó. Aunque recordó que la condición de ser humano hace que a veces “nos metamos en dinámicas” de las que se sale “con un momento positivo, competitivamente hablando, con un resultado”.
Este llegará, entre otras cosas, con la autocrítica, que ya se ha hecho en el arranque, tal y como el propio técnico reconoció: “Pese a su juventud, hemos hablado muy claro y hemos dicho con claridad que también somos responsables y podemos dar muchísimo más de lo que hemos dado. Tenemos que meternos en el camino para que todos funcionemos como equipo”.
El entrenador apeló al buen desempeño del psicólogo del Promesas, David Rincón, y explicó que es necesario un “refuerzo anímico” que ha comenzado por recordar cuál es el currículum de cada jugador, sea grande o pequeño. “Sabemos que hay material para conseguir el objetivo”, agregó, dejando entrever que si la cabeza funciona, las piernas lo harán.
Rivera se estrenará en Ponferrada, ante “un club histórico” y cuyas aspiraciones pasan por entrar en el play-off para intentar volver a la Segunda División. Tendrá unos condicionantes muy específicos debido a que Terrazas utiliza “un sistema algo diferente a lo habitual”, algo que puede parecer una traba, pero que ve como “una oportunidad de cortar la dinámica negativa” en la que viene el filial.
“Si conseguimos [puntuar] este domingo, pues mejor. Queremos aprovechar cada oportunidad, pero es verdad que necesitamos trabajar mucho para llegar al nivel que queremos”, afirmó. Aunque, esperanzado, explicó que le da “mucha tranquilidad” la buena disposición para el trabajo y las ganas que ha visto de “revertir la situación”. “He visto una alegría en el trabajo extraordinaria para apoyar ese convencimiento que tenemos todos”, concluyó.
