El Real Valladolid B buscará sumar por primera vez de tres ante el sorprendente Rápido de Bouzas de su exentrenador Borja Jiménez

Septiembre termina rendido a la evidencia de que octubre le sigue. Corren tiempos de estados y trinos, de alardes de originalidad en los que la música ilumina. Que fuera realidad aquello de Los Piratas de “no te echaré de menos en septiembre” le hubiera gustado a un Real Valladolid Promesas que cayó por última vez en Los Anexos ante el Celta B de Rubén Albés y compañía.
No fue posible, pero, siguiendo con las canciones –qué poco musical es octubre…–, querrá levantarse ahora que septiembre termina; demostrar este domingo desde las 12:00 horas que ya se ha erguido y que está dispuesto a sumar de tres en tres. Enfrente, como hace dos semanas, una cara amiga, la de Borja Jiménez, exentrenador del filial y hoy en el Rápido de Bouzas. Aquellos (pocos) que han coincidido con él querrán dejar los sentimentalismos para el final: ganar empieza a ser una obligación para el cuadro ahora de Miguel Rivera, que continúa hundido al fondo de la tabla, penúltimo, con dos puntos nada más.
El técnico andaluz ha traído nuevos ánimos a un vestuario falto de ellos y de confianza y que, sin embargo, dejó buenas sensaciones en Ponferrada, en un derbi en el que no pudo sacar más que un empate, y en el que no brilló desde un punto de vista estético, pero sí jugó bien, tal y como se echaba de menos, como equipo, solidario y más compactado.
Al margen de que la apuesta sea más efectista que bonita se ha de ponderar el que así, más unido, más equilibrado, aunque menos, el Real Valladolid B puede y debe crecer, puesto que cuenta con futbolistas que explotan ese tipo de fútbol menos combinativo y más vertical. Es más, de esa forma entretuvo y divirtió en el pasado. Aunque ahora conviene ir paso a paso: para seguir restañando heridas y adquiriendo confianza, lo primero son los resultados.
Y para ello Miguel Rivera no podrá contar con Montenegro y Samanes, lesionados, aunque sí con el resto de sus efectivos, por lo que, a falta del interior colombiano, podrá dar continuidad al once que fue de la partida el domingo pasado en El Toralín, con la duda de quien actuará en el extremo izquierdo (quizá Dani Vega), en el que actuaron los dos ausentes. La lista definitiva no se conocerá hasta los instantes previos al inicio del encuentro.
Por su parte, el Rápido de Bouzas llega a Los Anexos en una situación mucho más desahogada, con once puntos que le convierten en una de las revelaciones de lo que va de campaña, junto a los otros dos recién ascendidos de Galicia, el Fabril (filial del Deportivo de La Coruña) y el Cerceda. Y eso a pesar de lo modesto del club, debutante en la categoría, tercera entidad de la ciudad tras Celta y Coruxo y cuarta de la provincia si se cuenta al Pontevedra.
Clásico de la Tercera División gallega, ascendió el pasado curso consiguiendo el mayor hito de sus 104 años de historia. Y por el momento está defendiendo su lugar en la categoría con uñas y dientes, puesto que encadenó cinco partidos sin perder y solamente el líder, el Celta B, fue capaz de batirle la semana pasada, en un fraternal derbi muy competido en el que el Rápido volvió a competir bien.
Para confeccionar el plantel el conjunto aurinegro ha apostado por la continuidad de varios de los futbolistas que consiguieron el histórico ascenso y por firmar a varios jugadores de la zona, algunos con experiencia en la categoría como Adrián Gómez o como Pablo Carnero, que estuvieron la temporada pasada en el Pontevedra, o Cristian, Óscar Sielva o Pedro García, que bajaron con el Somozas, además de algún viejo conocido del técnico como Deivid, a quien tuvo en el Izarra.
El conjunto boucense, que cuenta también con jóvenes valores foráneos como Claudio García (de Perú, internacional en categorías inferiores), como Anderson Cruz (angoleño llegado del ‘nuevo’ Ourense) o como Alan Martínez (portero argentino, de momento a la sombra de Brais Pereiro, ex del Alondras y también con experiencia en Segunda B), ha conseguido una victoria, un empate y una derrota a domicilio en los tres desplazamientos que ha hecho bajo el mandato de Borja Jiménez, sustituto de Patxi Salinas, el técnico del ascenso y, hoy, del Burgos CF.
