El partido contra el CD Leganés puede servir a varios jugadores para llamar a las puertas del once liguero como antes sucedió con otros

Foto: Raquel Gómez
La Copa del Rey es siempre una oportunidad para los suplentes. Quizá sea por el formato, o quizá simplemente por las apreturas del calendario y por mantenerlos enchufados a todos, pero lo cierto es que no hay equipo que por lo menos no comience dando paso a los menos habituales en esta competición. Y el Real Valladolid no es menos.
Ya lo advirtió este martes Luis César: el partido contra el Leganés será una nueva ocasión para la redención de unos (o, quizá, de uno) o para el esclarecimiento de que otros merecen hacerse hueco en ese otro once, el liguero, que todos ansían. Y el aviso no es un brindis al sol, ya que otros se valieron antes de una oportunidad semejante para ganarse el peto de titulares, y si no que se lo pregunten a Ángel, significado por el entrenador por los tres penaltis que ha recibido, el primero de ellos en esta competición. O bien a los otros dos canteranos, Anuar y Toni, que empezaron su travesía casi a raíz de aquella misma eliminatoria.
El cuarto en plantilla, Calero, será uno de los que se vistan de corto desde el inicio con el afán de hacer ruido, siempre en el mejor de los sentidos que puede hacerlo un central. Las prestaciones de Kiko Olivas y Deivid han generado alguna que otra duda en la afición, que reclama un sitio para el de Boecillo, y para Sampedro, que la pasada semana probó con dos parejas diferentes en el centro de la defensa (para luego decantarse por la habitual).
Después de verse fuera de las alineaciones y de las convocatorias, y de los coscorrones públicos, para Nacho será un examen, justo unos días después de que Zorrilla pitase primero y aclamase después a su sustituto. A ojos del público y de la prensa fue uno de los mejores en el inicio de curso, pero el entrenador no lo vio así y le relegó a ese plano bastante secundario en el que se encuentra. Si alguien debe reivindicarse, sin lugar a dudas es él.
Otro infrautilizado, oculto tras la gran competencia que hay por su puesto, es Toño Cotán, llegado para dominar y, por ahora, dominado por otros. La calidad del centrocampista andaluz está fuera de toda duda, pero ni siquiera la sanción de Luismi acabó de abrirle las puertas de la titularidad. Ahora que este castigo termina, precisamente en el choque copero, puede parecer que lo tendrá aún más difícil, teniendo en cuenta cómo rindió el hombre del casco, que Borja parece un fijo y que Anuar ha rendido a un nivel como poco notable. Sin embargo, descollar ante el Leganés puede hacerle ganar posiciones.
Por su parte, Giannis Gianniotas puede terminar de encandilar a una hinchada que vibra con cada carrera suya, que le jalea cada vez que salta al tapiz, deseosa de verle convertido en faro y guía. Seguramente no lo tendrá fácil si se tiene en cuenta el buen hacer defensivo de los pepineros, pero, como Pablo Hervías, deberá sobresalir para ganar más puntos en una línea de tres cuartos en la que la competencia es feroz.
Con permiso de los demás, el último nombre señalado en rojo por muchos es el de Asier Villalibre. El hombre de la sonrisa de Mona Lisa tiene ante sí una oportunidad pintiparada de demostrar su olfato de gol y valía, ante una defensa férrea, sí, pero que seguramente sufra a dos puñales veloces y verticales como son los dos anteriores. Con dos extremos tan naturales, con la capacidad que debe mostrar por bandas el Real Valladolid, el delantero vasco puede ser otro de los nombres propios del encuentro.
En todo caso, la sed de Copa que anunciaba el club debe hacerse ver primero como sed de oportunidades, como titulaba este portal su previa. Unas que pueden hacer revertir la situación de algún que otro jugador de cara al siguiente encuentro contra el Reus Deportiu, para el que Sampedro dijo tener “varios entuertos”. Que la meritocracia siga estando presente pasa primero por ellos.
