El José Zorrilla registró su peor entrada de la temporada a pesar de los esfuerzos de la directiva, expuestos en la presentación del XII Pucela, por evitar que la sangría de aficionados afecte al club
Que esta no ha sido la semana más fácil para el Real Valladolid no debe sorprender a nadie. Inmerso en una dinámica de malos resultados y un juego que genera dudas, los blanquivioletas prepararon el partido frente al Lorca como una prueba decisiva de la que dependería el futuro más inmediato.
Se volvió a la senda de la victoria, sí, pero el José Zorrilla se mostró más frío que nunca. El feudo pucelano registró la peor entrada de la temporada 2017/18, motivado en buena medida por el bache que atraviesa el equipo. Apenas 6.680 almas acudieron al estadio; con todo, son más de las que, a priori, podían esperarse.
Todo ello en medio de los esfuerzos de la directiva por evitar que la sangría de aficionados siga siendo una costumbre instaurada en el Real Valladolid. Precisamente, la afición se erigió como uno de los puntos centrales sobre los que gira el XII Pucela, aunque el número de espectadores de este sábado ante el Lorca demuestra que los hinchas no terminan de encontrar su hueco en este proyecto.
No solo fue la peor asistencia de la temporada sino que, por segunda vez en este curso, se bajó de los 8.000 espectadores. Solo había ocurrido en el primer encuentro frente al Barcelona B, al que acudieron 7.123 aficionados; cifra nada desdeñable, no obstante, teniendo en cuenta que el choque se celebró en pleno mes de agosto.
Desde ahí, la afición del Real Valladolid demostró su ilusión en el proyecto de Luis César y los suyos, animando en cada partido en casa e incluso desplazándose a algunos encuentros cercanos. La media de asistencia fue aumentando sin prisa, pero sin pausa. Primero se llegó a la barrera de los 9.000, cifra que se superó en los partidos ante el Alcorcón, el Lugo y el Nàstic de Tarragona.
El momento álgido de la temporada llegó con la visita del Real Oviedo, cuando 11. 716 espectadores disfrutaron de la contundente victoria blanquivioleta ante un rival directo en la lucha por el ascenso. Número, sin embargo, un tanto engañoso, pues hay que tener en cuenta que en las gradas del José Zorrilla se dieron cita 2.500 hinchas carbayones y 500 niños de las categorías inferiores.
Inmerso en esa dinámica negativa de resultados que ahora se quiere dejar atrás, la asistencia al José Zorrilla fue descendiendo en picado, hasta perder cinco mil espectadores en apenas un mes. Con todo, la media es ligeramente superior a la del año pasado, y se sitúa en los 8.766 asistentes.
No obstante, las estadísticas no deben empañar la realidad. La afición del Real Valladolid anima a su equipo en cada choque, dejándose el alma en cada jugada. Cierto que es exigente, y tiene derecho a serlo, pero lo que nunca pierde es la ilusión. Y el partido del Lorca es también un buen ejemplo de ello: comenzaron reprochando a sus jugadores su desempeño sobre el césped y terminaron despidiéndolos entre aplausos.