Chris Ramos recalará en el Real Valladolid tras despertar el interés de varios grandes. Se ha destapado en la primera mitad de curso en el San Fernando, donde tardó en eclosionar
No se puede decir que la irrupción de Chris Ramos sea paradigmática. A pesar de su juventud –cumple el dieciocho de enero veintiún años–, más bien hay que hablar de una eclosión un tanto tardía y desde luego sorprendente, ya que no se rige bajo el patrón de promesa típica que destaca ya en categorías inferiores.
Militó en varios clubes modestos como el Portuarios de Cádiz, el Géminis o el Tiempo Libre, con el que concluyó su etapa formativa antes de enrolarse en el CE Mercadal de la Tercera balear, en su primera etapa sénior. Y ni allí descolló: jugaba como extremo derecho, lo hizo en treinta ocasiones y rozó los dos mil minutos, en los que marcó cinco goles, una cifra buena, pero no exagerada.
Y con las mismas armó el petate y el pasado verano volvió a Cádiz, de donde es originario. Firmó con el San Fernando CD, a priori para reforzar su filial, aunque su buen hacer en pretemporada y la falta de refuerzos en la parcela ofensiva, motivada por los problemas en la economía de su ya anterior club, hicieron que se quedase en el primer equipo, si bien no tuvo minutos en las cuatro primeras jornadas.
Utilizado como refresco en las fechas cinco, siete, ocho y nueve, se estrenó como titular el veintidós de octubre, en la décima jornada, contra el Real Murcia. Debido a aquella necesidad en la punta del ataque, actuó como delantero e hizo gol, a los diecisiete minutos, que puso la primera piedra para el triunfo azulón. La recibió escorado a la banda izquierda y lució su potente zancada para adentrarse en el área y perforar la puerta.
Desde entonces solo algunos problemas físicos le sacaron del once. Ovacionado durante su sustitución en su estreno en el equipo inicial, a aquel tanto le sucedieron otros tres. Fue uno de los principales responsables de que el San Fernando obtuviera trece de quince en sus cinco primeros partidos como titular. Contra el Écija cayó lesionado pero los isleños consiguieron salvar un empate. En su ausencia, contra el Recre, volvieron a perder. Y, para entonces, muchos clubes de categorías superiores habían apuntado su nombre.
Subastado en apenas un par de meses
Un par de meses jugando en Segunda B le bastaron para que muchos le señalasen como la gran joya del mercado en la división de bronce. Sus números son bastante buenos, dado su contexto competitivo y que los cuatro goles en 861 minutos suponen uno cada 220 minutos, pero mejores son las sensaciones que ofrece. De jugador de gran potencial, quizá importante.
El Real Valladolid ha terminado de llevarse el gato al agua, si bien diferentes portales y medios de comunicación dieron por supuesta su incorporación al Real Madrid Castilla, el interés del Atlético de Madrid hasta el punto de cifrar la oferta trasladada al San Fernando en 150.000 euros o el de otros incluso de fuera de España deseosos de hacerse con él. Por encima de todos ellos, Miguel Ángel Gómez es quien le ha convencido, se supone que con una oferta que le da mayores garantías de desarrollo, independientemente de que en un principio su lugar sea el filial.
Con él, el Pucela se hace con los servicios de un delantero de físico imponente, de 195 centímetros, gran zancada y tremendamente veloz. Debido a esta cuestión física resulta difícil de marcar parece un atacante prototipo y clásico, aunque no es solo un simple ariete de área, sino que también pica bien al espacio y cuenta con recursos técnicos suficientes como para, con metros, ser capaz de desasirse de su par. Tímido y humilde, su poco recorrido profesional le ha bastado para convertirse en una joya que quería todo el mundo, pero que deberá seguir puliéndose. Pese a los deseos de otros, de blanquivioleta.