Si juega quince minutos en Córdoba, Borja Fernández superará esa cifra y se convertirá en el único jugador de campo que lo hace vistiendo la camiseta del Real Valladolid a su edad

El hecho de que Luis César Sampedro cambiase a Borja Fernández contra la SD Huesca implicó que el gallego no pudiera llegar todavía a los 2.000 minutos. Tras ser sustituido en el minuto 65, el gallego se quedó a solo quince de alcanzar dicha cifra, que alcanzará contra el Córdoba CF este fin de semana si tal y como sería lo normal es otra vez de la partida.
A estas alturas de la temporada no será el primero que supere esa barrera, ni siquiera en el Real Valladolid, donde sin ir más lejos ya lo ha hecho Antoñito. Sin embargo, que lo haga es destacable, ya que se convertirá en el vigesimosexto treintañero que sobrepasa ese límite y en el jugador de campo de edad más elevada que lo hace, superado en veteranía tan solo por Cifuentes, guardameta del Cádiz que lo ha jugado todo hasta ahora.
Y es que no es un hecho habitual que un futbolista de 37 años juegue tanto. Siendo un caso atípico, no obstante, no lo es aislado: la pasada campaña lo hicieron Cata Díaz (Getafe) y Pelegrín (Elche), mientras que otros como López Garai (Reus), Trashorras (Rayo), Juli (Córdoba), Julio Álvarez (Numancia) o Nino (Elche) lo hicieron con más de 35.
Otra prueba de lo poco ordinario es que si el mediocentro atraviesa esa cifra redonda solo él y los dos zagueros mencionados lo habrán hecho en las tres últimas temporadas, en las cuales los veteranos de guerra más destacados en este apartado han sido por norma porteros, como Esteban, que a sus cuarenta años seguía parando en el Real Oviedo, José Juan, que lo hizo en el Lugo, Leo Franco mientra militaba en la SD Huesca o el citado Cifuentes, incombustible desde el ascenso del Cádiz a Segunda División. De hecho, Álvaro Rubio, en la 2015/16, se quedó muy cerca, a menos de una hora (1.941 minutos).
Echando la vista atrás en clave blanquivioleta, hay que remontarse unos cuantos años para encontrar al último futbolista que llegó a los 2.000 como jugador del Real Valladolid igualando o superando a Borja. Un nombre que a muchos les puede venir a la cabeza es el de Alberto Marcos, quien, efectivamente, jugó 2.599 minutos en la temporada 2010/11, en la que tenía 37 años. Sin embargo, lo hizo con la zamarra azulgrana del Huesca, donde acabó su carrera deportiva.
Defendiendo bajo palos lo hizo Alberto López precisamente como compañero del gallego, en aquella lustrosa campaña a las órdenes de Mendilibar en la que se consiguió el ascenso a Primera batiendo todos los registros. Fue en su primera y única temporada como titular, la 2006/07, en la que disputó 3.196 minutos. Y era incluso un año mayor.
En la 2000/01, como Álvaro Rubio, Eusebio Sacristán se quedaron a no demasiado: disputó y 1.875 minutos en Primera División. Con todo, el hito no tiene parangón más que en Alberto y ‘El Loco’ Fenoy, que en los años ochenta lo hizo de manera consecutiva tres veces. Es más: por delante, como jugador más veterano vistiendo la camiseta blanquivioleta, a Borja solo le quedan estos cuatro citados.
Renovado por una temporada más una cláusula que le permitía prolongar su vínculo con el Real Valladolid –aunque el club no lo ha hecho oficial–, a día de hoy no es descabellado pensar que ‘el abuelo’ del vestuario siga batiendo registros importantes, máxime cuando es una pieza clave en el once de Luis César Sampedro. Su deseo, y el de todos, será el que lo consiga en Primera División.
