Los de Santi Sedano fueron muy superiores en la primera mitad y consiguieron cerrar el partido en la segunda con un jugador menos

Cuenta la leyenda que el segundo trabajo que se le encomendó a Hércules fue el de matar a la Hidra de Lerna. Este ser, una especie de monstruo con cabezas de serpiente y aliento venenoso, tenía la cualidad de que, cada vez que le cortaban una cabeza le salían dos, de tal manera que era invencible. La mitología dice que el héroe fue acompañado por su sobrino y que este quemaba los muñones de las cabezas cortadas al instante de tal manera que no pudiesen salir dos nuevas.
Este domingo, el Atlético Tordesillas fue la hidra y el Bupolsa burgalés intentó ser Hércules, pero no lo consiguió. Once cabezas tenía el conjuunto rojiblanco y una le fue extirpada, la de Cristian, expulsado por roja directa a falta de bastantes minutos. No se regeneró la pérdida, pero las diez cabezas restantes parecieron multiplicarse. La hidra aplastó a Hércules. El Tordesillas ganó al Bupolsa. La mitología está a punto de convertirse en historia.
Y es que este Atlético Tordesillas se merece todos los elogios independientemente de lo que pase en Zamora la próxima jornada. Este domingo era una prueba de fuego. El Bupolsa prácticamente no se jugaba nada, aunque los posibles arrastres de Segunda B puedan poner en problemas a los burgaleses. Los locales tampoco se jugaban ‘nada’. Bueno, se jugaban el play-off, algo impensable hace unos meses. Nada porque el objetivo lleva cumplido casi desde marzo.
Los de Sedano salieron decididos a por el partido. No especularon y en los primeros quince minutos apenas dejaron salir de su campo al equipo rival. Sin embargo, era mayor la sensación de peligro que las ocasiones. Los de la Villa del Tratado asediaron al Bupolsa a balón parado, pero sin demasiada fortuna. Tanto es así, que la mejor ocasión rojiblanca hasta que se produjeron los goles fue un despeje de Abel Blanco desde el centro del campo que se convirtió en un peligroso disparo y que tuvo que sacar Del Val cuando el balón ya se colaba.
Hubo que esperar 45 minutos para ver como el Tordesillas se ponía por delante en el marcador. Tras un córner y una serie de rebotes dentro del área, el balón le llegó a Roberto Simón que, en mitad del barullo, anotó el primero de la tarde. Y casi sin tiempo para celebrar el primero, llegó el segundo. En la jugada posterior al saque de centro, los rojiblancos arman una buena jugada y el balón termina en Villa que dentro del área, aunque algo escorado hacia la izquierda, define perfectamente ante Del Val.
Así se llegó al descanso. Delirio en las gradas, la mente puesta ya en Zamora y los aficionados echando un ojo a otros resultados. Pero, ay, fueron tan superiores los de Sedano en la primera parte que el comienzo de la segunda fue un desastre.
El Bupolsa salió peleón, dominador y peligroso. Hasta el punto que, pese a que parecía que el partido estaba casi terminado, en poco menos de diez minutos los burgaleses se hicieron dueños y señores del partido. Un penalti –muy protestado por la parroquia local- fue castigado con roja directa para su infractor, Cristian. Guti lanzó desde los once metros, paró Sergio, pero tras un tumultuoso rebote el balón terminó en el fondo de las mallas.

Con el sol brillando y con buena temperatura, a más de uno se le heló la sangre. Bayón retrasó su posición y se situó junto a Viti en el eje de la zaga y entonces el Tordesillas se convirtió en la Hidra de Las Salinas. Jugadores como Oli, Roberto Simón, Villa o Juanmi, que estaban haciendo un esfuerzo físico importante, se multiplicaron. Aparecían en defensa y también en ataque, por un lado y por el otro.
Pero si algo dio vida al equipo, fueron los jugadores que entraron desde el banquillo. Abel Conejo dio descanso a un fatigado Oli en el 64’. Su presencia otorgó pausa, poso y fortaleza en el centro del campo a un Tordesillas que se estaba viendo superado.
Cuando peor pintaban las cosas para los rojiblancos, llegó el tercer gol, después de una salida rápida desde atrás,de un balón profundo a Villa, que se zafó de un rival y pone un pase de la muerte para que Roberto Simón consiguiera sellar su particular doblete.
Y poco más se jugó. Entraron Rivera y Álex López por Villa y Simón en el 75’ y en el 80’, respectivamente, y la sensación de jugar en inferioridad desapareció por completo. Las cabezas se multiplicaron, no por número, sino por el incesante movimiento. Rivera no permitió el juego por dentro y Álex López dio oxigeno arriba peleando todos los balones y complicando la vida a la zaga rival.
Tres puntos más, 72 en total, uno por encima del Salmantino, quinto clasificado. Cuenta la historia que en 1494, en Tordesillas se dividió el mundo entre españoles y portugueses. ¿Dirá la leyenda que un 13 de mayo de 2018 el Atlético Tordesillas fue el encargado de dividir los puestos de play-off?
At. Tordesillas: Sergio, Abel Blanco, Abraham, Viti, Cristian, Héctor, Bayón, Roberto Simón (Álex López, min. 80), Juanmi, Villa (Rivera, min. 75) y Oli (Conejo, min. 64).
CD Bupolsa: Del Val, Pablo (Turzo, min. 44), Jaime (Átomo, min. 16), Picón, Germán, Isra, David Fernández, Viti, Guti, Adri y Aritz.
Goles: 1-0, min. 44: Roberto Simón. 2-0, min 45: Villa. 2-1, min. 53: Viti. 3-1, min.70: Roberto Simón.
Árbitro: Gómez Esteban. Amonestó a los locales Villa y Abraham y expulsó a Cristian y a los visitantes Germán, Israel y David Fernández.
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésimo séptima jornada en el grupo octavo de Tercera disputado en Las Salinas ante cerca de 1.000 espectadores.
 
			