Gabriel, portero gallego que proviene del Bergantiños, y Morante, central ya ex del Santa Marta, apuntalan la parte trasera del Divi
Suele decirse como tópico que pretende demostrar conocimientos de arquitectura que cualquier edificación ha de empezar por los cimientos, y es verdad. Bien lo sabe el Real Valladolid de División de Honor, que ya trabaja desde pretemporada en construirse sobre una base que, al menos sobre el papel, parece ser sólida, no ya por lo visto en los primeros entrenamientos, escasos para emitir un juicio, sino también y sobre todo por el abanico de opciones de que dispondrá Javier Baraja durante el transcurso de la temporada.
A las conocidas en la puesta en marcha del equipo se le han sumado dos en las últimas fechas que alimentarán más si cabe la competitividad en la parcela defensiva. Se trata del guardameta gallego Gabriel Martínez, que procede del Bergantiños que terminó segundo en el Grupo I de Tercera División, y del central salmantino David Morante, capitán de la UD Santa Marta del mismo grupo de División de Honor que tan buenas prestaciones defensivas ofreció la pasada campaña.
El cancerbero, que ya ha trabajado a las órdenes de Miguel Rivera con el Promesas, nació en Ginegra, Suiza, en el año 2000, por lo que agotará este curso su etapa juvenil.
De gran envergadura, lo que le permite cubrir mucha portería, y con 189 centímetros de estatura, Gabriel ha sorprendido desde el primer día por sus estiradas y reflejos, que en su primer partido como blanquivioleta provocaron alguna que otra onomatopeya de admiración y sorpresa por sus buenas paradas.
Esta última sensación es mayor si cabe si se tiene en cuenta su procedencia, y es que si bien fue convocado en varios encuentros por el citado Bergantiños –donde compartió vestuario con su hermano David, también portero, aunque siete años más mayor–, competía en el Grupo Norte de la Liga Gallega, lo que en Castilla y León vendría a ser la Regional Juvenil. Sin embargo, la confianza en él es plena desde la coordinación de las categorías inferiores: pugnará por un puesto carísimo con David y Maxi.
También lo estará el de central, y más después de la llegada de un Morante que la pasada temporada, como futbolista tormesino, fue, en opinión de muchos, uno de los mejores centrales del Grupo V de División de Honor. Disputó veintinueve de las treinta jornadas y marcó tres goles, pero por encima de ello demostró unas condiciones, sobre todo físicas, que invitan a pensar que, como en el Santa Marta, puede ser el líder incontestable de la zaga.
Después del fichaje del vallisoletano Iván Revuelta por el Real Club Celta, probablemente se trate del mejor jugador de dicha posición al que podía aspirar el Real Valladolid, quien, en todo caso, no era el único interesado en hacerse con sus servicios. Carne de cantera de Primera desde hace varios años, el pasado rechazó a la Real Sociedad para quedarse en casa y competir en la máxima categoría juvenil. Sin embargo, después de más de un mes de negociaciones, ha terminado por convertirse en blanquivioleta.
En Los Anexos podrá seguir demostrando su capacidad de liderazgo, imponente dentro del tapiz gracias a su valentía. Fuerte en la marca, aprovecha su potencia tanto en el juego aéreo como en el choque o en la salida de balón. Así, su fuerte se encuentra más en la capacidad de atravesar líneas en conducción que en el toque, que seguramente deba mejorar. Tras destacar jugando más arropado, debe crecer en un contexto de mayor protagonismo, si bien supone uno de los fichajes más importantes de la categoría al margen de los que puedan hacer Atlético de Madrid o Real Madrid.
A expensas de conocer la situación definitiva de Cebri, quien podría abandonar el Real Valladolid por decisión propia, el zaguero salmantino pugnará por un lugar en el once con otro jugador de un corte semejante y que ya conoce la categoría como es David Gómez y con Méndez, como Gómez, campeón de la Liga Nacional con el Juvenil B, así como, quizá, con Seydou Saeed, ghanés que está haciendo la pretemporada con el Promesas.
Morante, parte de un ‘pack’
El defensor salmantino, con todo, no será el único futbolista de cuantos militaron en la Unión Deportiva Santa Marta que recale en Valladolid este verano.
Y es que, tal y como confirmó la entidad tormesina, tres de sus cadetes de primer año han sido traspasados al Real Valladolid. Se trata del portero Jorge García, del también central Faysel Hinojosa y del mediocentro Óscar Martín, integrantes del Infantil Regional rojiblanco la pasada temporada y quienes en principio jugarán en el Cadete B de Provincial en el Pucela.