El Real Valladolid B se puso por delante antes del descanso, pero vio cómo el Pontevedra empató con un penalti dudoso
El Real Valladolid Promesas consiguió sacar un punto valiosísimo en la siempre difícil visita a Pasarón ante un Pontevedra CF que si bien no llegó nunca a ser superior, tuvo ocasiones al final para quedarse con las tres unidades en juego. Pablo marcó antes del descanso el cero a uno y los granates empataron en el tramo final con un penalti dudoso cobrado a Mario Robles.
El juego fue siempre trabado, porque los dos equipos trataban de evitar las transiciones del rival. Si bien ambos son capaces de dominar el cuero, y lo hicieron en los primeros metros de posesión, preferían más de salir veloces, algo que no pudieron hacer por el bloque medio que plantearon los dos conjuntos y porque, en el caso de los pontevedreses, a menudo se frenaba el juego a base de faltas. De esta manera, en la primera mitad no hubo apenas fútbol ni ocasiones; el dominio era alterno y los porteros no se vieron demasiado puestos en discusión, en parte también por el buen hacer de la pareja de centrales blanquivioleta.
Tal es así que la primera oportunidad fue a la jaula, justo antes del descanso y a favor del filial. Una acción un tanto sucia y con algún rechazo aunque con toda la intención acabó con un balón filtrado para Pablo, quien había aparecido dentro del área. Disparó con el balón encima, ni demasiado fuerte ni demasiado limpio, pero su tiro golpeó en un defensa, lo que desvió la trayectoria del cuero cuando Edu Sousa estaba ya en el suelo en busca del remate primero, y así, manso, el balón se alojó en sus mallas convirtiéndose en el cero a uno.
Cuando dos juegan a neutralizarse, sucede a veces (muchas) lo que se vio antes del primer tiempo. Un lance puntual, fruto de la fortuna, ni siquiera de un error, desequilibró una balanza que de otra forma no se desnivelaba. Cuando los equipos volvieron de vestuarios, el Pontevedra amagó con otra vez compensarla, aunque sin tender al desequilibrio propio, al desorden. Así, seguían atajando cualquier intentona del filial con infracciones y pronto, en una desatención en un saque de banda, estuvo a punto de empatar.
El remate de Arruabarrena fue el más claro que tuvo en los noventa y tantos minutos, bien cubierto siempre por sus pares, principalmente por Sali. Vino precedido de la puesta en juego del esférico de Pedro Vázquez mientras la zaga miraba y de un buen centro de Romay. Sin embargo, hasta el arreón final fue la acción de más peligro de los granates.
Tampoco es que Edu Sousa tuviera mucho trabajo, sobre todo conforme Miguel Rivera empezó a plegar velas, dando primero entrada a Carrascal y luego a Abel Pascual. Aunque sí hubo una muy clara, un paradón del cancerbero a remate de Pedrosa, que finalizó una buena acción con Pablo, esta vez el jugador más peligroso de los blanquivioletas. El propio Pablo tuvo otra jugada de cierto mérito, pero no acabó de encontrar espacio para tirar.
El tiempo corría a favor del Promesas cuando en una jugada embarrada dentro del área un intento de despeje de Mario Robles fue cobrado por Ruiz Álvarez como penalti, cuanto menos dudoso, pues no quedó claro si el impacto con el delantero fue previo o posterior a dicho despeje, que lo hubo. El protestar no sirvió de nada, Javi Pazos ejecutó la pena máxima y empató sin que entonces los lerezanos lo merecieran.
Luego sí lo hicieron. Porque la historia ha probado que noventa minutos en Pasarón son moi longos, y los futbolistas de Luismi empezaron a buscar mayor profundidad por fuera y hasta envíos directos frontales en busca de una segunda jugada que pudiera aprovechar Mouriño o Javi Pazos. Y estos dos tuvieron sus intentos, principalmente Mouriño, así como Álex González, que no atinó con la puerta de Samu Pérez.
Con todo, el empate es de mérito por aguantar esa presión final, por la entidad del rival, que aspira a estar en los puestos de arriba y cuenta con gran experiencia, y supone sumar por segunda jornada consecutiva. Con esta unidad el filial alcanza las cinco en cuatro fechas y vuelve a dejar sensación de saber competir. Una que ha de demostrar la semana próxima ante otro filial, Las Palmas Atlético.
Pontevedra CF: Edu Sousa; Jesús (Mouriño, min. 55), Churre, David Castro, Nacho; Javi López, Kevin Presa, Romay (Álex Fernández, min. 76), Álex González; Pedro Vázquez (Javi Pazos, min. 74) y Arruabarrena.
Real Valladolid Promesas: Samu Pérez; Apa, Mario Robles, Sali, Corral; Raúl Navarro, Kike Pérez; Pablo (Jardel, min. 78), Kuki Zalazar (Carrascal, min. 63), Waldo Rubio (Abel Pascual, min. 87); y Pedrosa.
Goles: 0-1, min. 44: Pablo. 1-1, min. 75: Javi Pazos.
Árbitro: Jaime Ruiz Álvarez, del colegio asturiano. Estuvo asistido en las bandas por Javier Estrada Fernández y por Roberto Álvarez Luna. Amonestó a los locales Pedro Vázquez, Romay y David Castro y al visitante Waldo Rubio.
Incidencias: Cuarta jornada del Grupo I de la Segunda División B. Encuentro disputado en el Municipal de Pasarón, en Pontevedra.