El gol del guardameta, en la última jugada del partido, priva al Real Valladolid Promesas de los tres puntos en un choque que tenía de cara gracias a una genialidad de Raúl Navarro

Malditos minutos finales. Eso es lo que debe pensar el Real Valladolid Promesas, al que por segunda semana consecutiva se le escapa un buen resultado en el último suspiro.
Ante Unionistas, con dosis de surrealismo incluido. La siguiente historia bien podría pertenecer a una novela de ficción, pero es el relato de lo que sucedió en el derbi disputado en Los Anexos.
Última jugada del partido. Falta lateral a favor de los salmantinos y el guardameta Molina sube al remate. A Samu se le escapa el balón de los guantes y su homólogo, con un potente cabezazo, envía el balón al fondo de las mallas.
La locura se apodera de los quinientos seguidores visitantes, mientras que la hinchada blanquivioleta no puede evitar llevarse las manos a la cabeza.
Fue el broche a un partido que, hasta ese momento, había sido tranquilo, y en el que el filial empezó más activo, presionando la salida de balón de los salmantinos y llevando la iniciativa del juego ofensivo.
Así, Waldo dio el primer aviso con una buena acción individual en banda izquierda, donde se marchó entre dos defensores antes de llegar al área pequeña y estrellar el balón en el lateral de la red.
Mientras, Unionistas esperaba la oportunidad replegado en su propio campo, en una formación muy característica de su técnico, Roberto Aguirre. Se encontraban cómodos los de Miguel Rivera con la pelota, marcando el tempo del choque, aunque con la carencia de una finalización eficaz. Hasta que llegó Raúl Navarro.
El lateral fue el encargado de adelantar al Promesas con un auténtico golazo desde la frontal del área pequeña. Aprovechando un pasillo en el costado derecho, tras recibir un buen pase de El Hacen, fintó al defensor y, pese a ser un jugador cerradamente diestro, no dudó ni un segundo en armar la pierna izquierda y ajustar el esférico a la madera.

Los charros no tardaron ni dos minutos en intentar igualar la contienda. Samu se vio obligado a meter la manopla para desviar a córner, en el segundo palo, un balón que Admonio enganchó después de un pase medido de Javi Navas.
Tras el descanso, Unionistas elevó la presión, dificultando al Promesas la posesión del balón y haciendo que los blanquivioletas se sintieran más incómodos.
Para intentar contrarrestarlo, Miguel Rivera dio entrada a Jaime, buscando más seguridad atrás y generar peligro con pases largos a la espalda de la zaga salmantina.
Como preludio a lo que estaba por venir, Sali hizo contener la respiración a la grada al despejar a córner, en una acción de estrategia, un balón que se marchó rozando la madera. Cinco minutos después, a Samu se le escapó una pelota que no encontró rematador por muy poco.
Otra vez, los minutos finales le pasan factura al Promesas, que con la victoria hubiera dado un paso de gigante hacia la permanencia. Es cierto que nadie contaba con un final como el acontecido, pero el fútbol –más aún cuando se trata de un derbi– es imprevisible.
Real Valladolid Promesas: Samu; Corral, Mario, Sali, Raúl Navarro; Kike Pérez, El Hacen, Javi Pérez (Pedrosa, min. 74), Waldo (Kuki, min. 81); Casi (Jaime Sánchez, min. 64) y Miguel.
Unionistas de Salamanca CF: Molina; Alonso, Gallego, Admonio, Ayoze; Jorge, Llano, Ribelles, Javi Navas (Piojo, min. 86); Garrido (Góngora, min. 75) y Guille (Unai Hernández, min. 71).
Goles: 1-0, min. 37: Raúl Navarro; 1-1, min. 90+5: Molina.
Árbitro: Sánchez Sánchez, del colegio extremeño, asistido en las bandas por Banda Carmona y Muñoz Blázquez. Amonestó a los locales Javi Pérez, Sali, Waldo y Mario y al visitante Alonso.
Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 27 en el grupo I de Segunda División B, disputado en Los Anexos ante unos 800 espectadores, con aproximadamente 500 aficionados de Unionistas en las gradas.
