El lateral andaluz fue, junto con Alcaraz, el protagonista en zona mixta después de la derrota del Real Valladolid ante el Sevilla, su anterior club

Lo normal cuando uno se plantea la temporada en verano y se llama Real Valladolid es pensar que perder contra un rival de la entidad del Sevilla entra dentro de las posibilidades o incluso de lo previsto. Sin embargo, llegados a estas alturas, a la afición blanquivioleta no le basta, porque ve cómo su equipo se acerca al precipicio después de cumplir ese vaticinio. Las sensaciones una vez más fueron buenas, pero ya no vale con estas.
Que toca remar era algo sabido y es algo reconocido después del partido por Rubén Alcaraz, uno de los pilares básicos en los esquemas de Sergio González y de los encargados de atender a los medios de comunicación. “Estamos jodidos. Hacemos méritos para algo más y no están llegando los resultados que todos deseamos. Hemos perdido al menos un punto en la recta final”, lamentó.
Y es que los blanquivioletas tuvieron ocasiones y “sobre todo en la primera media hora” fueron “superiores al Sevilla”, aunque “el miedo a perder” permitió a los de Caparrós empezar el segundo tiempo dominando. Aun así, hemos tenido oportunidades para ponernos por delante y una jugada individual de Roque Mesa ha marcado la diferencia”, prosiguió el mediocentro.
Aunque confía “en levantar la cabeza” e invita “a seguir creyendo”, Alcaraz considera que sobre todo los que juegan más tienen que dar “un paso adelante”. “Tenemos que tener responsabilidad, seguir insistiendo, creer y tener fe, porque aún queda mucho y estamos en la lucha con varios equipos. Sobre todo en ataque nos está faltando algo más, pero no nos vamos a rendir”, aseveró.
La misma sensación de decepción mostró Moi Delgado, a pesar de reencontrarse con la competición después de bastante tiempo de inactividad. A su manera de ver, el Real Valladolid sigue dependiendo de sí mismo, aunque cree que “los pequeños detalles son los que marcan estar arriba o abajo” y que es lo que les está “penalizando”. “Tenemos muchas finales que jugar y vamos a estar a tope. Si cogemos un poco de confianza vamos a salir adelante”, manifestó rotundo.
Después de la derrota Sergio González reconoció que no le había gustado “alguna cara” dentro del vestuario, algo que dijo también a sus jugadores, tal y como confirmó el lateral. “Estar abajo te mete presión“, expresó, aunque reiteró que “el equipo se rompe la cara” y que necesita “ese puntito de confianza” para “tirar para adelante”.
En lo personal, vivió un partido especial por enfrentarse a un club en el que estuvo doce años, y cumplió, demostrando que además de asumir su rol está preparado para lo que sea. “Sé que tengo que estar al cien por cien para cuando Nacho no esté y el entrenador me necesite. Eso también le va a venir bien a Nacho, porque suma al equipo”, alegó antes de esquivar la incómoda pregunta de si Ronaldo Nazário había estado o no en el vestuario, después de varias publicaciones en diversos medios en las que se señala algún distanciamiento entre el propietario del club y el vestuario.
