El conjunto de Mario Matarranz ganó un punto en el último minuto de un choque dominado con creces por el Parquesol, que se adelantó dos minutos antes
Cuando en el Saso faltaban cinco minutos para terminar el partido, casi todo el respetable comenzaba a saborear el empate. Más el visitante que el local, puesto que en el segundo caso se perdían dos puntos. Cuando quedaban tres, las tornas cambiaron cuando llegó el gol naranja –nada sorprendente, por otra parte– después del asedio. Pero nadie podía presagiar que, a falta de uno, vendría empate a uno.
Era impensable. En el fútbol todo puede pasar y se volvió a demostrar hasta el punto de que el gol del Laguna en el último instante supuso un auténtico milagro. Acababa de sacar de centro y, sin que en 68 minutos hubiera podido inquietar la portería rival, su delantero arrancó por la banda izquierda y gracias a la indecisión de la defensa naranja, Ángel la mandó a las mallas.
Fue un premio a la resistencia, al orgullo de un equipo que, consciente de la inferioridad, sacó sus armas para aguantar el resultado y, cuando parecía que todo se echaba por tierra, emitió la única fuerza que quedaba para igualar de nuevo.
Y es que el Parquesol dejó, desde el minuto uno, una versión notable. Sobre todo en una primera mitad que dominó de cabo a rabo, con orden, con profundidad, pero sin acierto de cara a portería.
Jorge fue quien más se acercó al gol, pero se quedó merodeándolo. Cerca se halló también Alberto por una banda derecha potente en la primera mitad, sin capacidad para terminar jugada. Por ello, Víctor Arenas la modificó en la segunda mitad, dio otro aire al Parquesol, que ganó electricidad pero perdió control. Era lo necesario para salir del partido con un triunfo que, como hace siete días ante la Sur, se resistía. Al menos, parecía que iba camino de ello.
Hasta que Marco colocó el balón en el sitio exacto, le pegó con el alma y dejó a Víctor sin opciones de parar la falta directa. Con tesón, con insistencia, el Parquesol había conseguido el objetivo, pero le sobraron dos minutos en los que se produjo el milagro lagunero.
Ángel fue el salvador, el que cambió la cara a su equipo, aunque con una celebración fuera de tono –nadie es perfecto–. Y, de esta manera, el Laguna suma cuatro puntos, mientras que el Parquesol se queda con ocho, pero alejándose poco a poco de los puestos de cabeza.
El Real Valladolid golea a la Sur
En otro punto de la ciudad, a la misma hora, el Real Valladolid goleaba a la Sur en el Felicísimo, en un encuentro en el que no dio opción. Los blanquivioletas se fueron al descanso con el partido sentenciado, con goles de Gonzalo, Mariano y Diego. Ya en el segundo tiempo otros dos goleadores distintos (Iago y Adrián) ampliaron la goleada hasta el cero a cinco.
El conjunto pucelano continúa líder con quince puntos de quince posibles, mientras que la Sur permanece en situación de peligro con un punto en la penúltima posición.