El Betis llega al ecuador en quinta posición, con mejor imagen que resultados, pero falto de continuidad

Con mucha incertidumbre llega el Betis al final de la primera vuelta y sensaciones contrapuestas. Por un lado, con el pensamiento de tener menos puntos de los que el juego ha reflejado, pero también con un punto de resignación porque los errores y a veces la desconcentración han pasado factura. Los verdiblancos podrían ir mucho más arriba, pero no encontraron la regularidad necesaria.
Quizás sí en el último tramo, gracias a las victorias ante La Cistérniga y La Bovedana –por segunda vez encadenaron dos seguidas–. El comienzo fue muy distinto. Es verdad que hasta la quinta jornada el Betis no conoció la derrota, pero sumó tres empates. Y al caer en la quinta fecha –ante el Villa de Simancas—es cuando mejor imagen ofreció. Se vio un equipo que comenzaba a madurar, y así ganó al Ribert y al Uni, y mereció hacer algo más contra el Laguna.
No obstante, entre momentos de euforia, los de Óscar González también mostraban tramos flojos, de muy poca intensidad. Cada vez que el equipo gozaba de la opción de meterse entre los equipos de arriba, no era capaz de deslumbrar. Así ocurrió ante el Villaralbo y en la primera mitad frente al Navega –en ambos casos, en Canterac–. Pero esta situación es difícil de entender cuando, en contraposición, los verdiblancos protagonizaban escenas de júbilos como en la victoria en Mojados –único equipo que ha ganado ahí—o contra la Bovedana, en uno de los choques más completos.

Un ataque prometedor, en busca de más eficacia
Si algo ha definido al Betis en la primera vuelta es su ataque vertical, casi siempre con cuatro jugadores ofensivos. Juan, Tato, Dieo Torres y Raúl se han convertido en el ‘cuatridente’ por excelencia. También hay que destacar las aportaciones de Reyero. La línea defensiva apenas se ha modificado, y en el medio campo la baja de Diego de la Horra ha supuesto una losa en el control de juego, con pleno protagonismo para Jaime y Rami.

- El gol: Tato. Durante el mes de septiembre todo gol verdiblanco llevaba su firma. Ha marcado doce, pero las cuatro primeras dianas fueron de Tato. Su doblete ante el Fabero y su acierto contra Ciudad Rodrigo y Onzonilla sellaron los cuatro primeros puntos de la clasificación. Es el jugador con más pegada, pues también ha visto puerta contra Ribert, Mojados o La Cistérniga, es decir, equipos muy bien situados.
- La magia: Juan. Hay un partido sin él, y otro con él. Cuando tiene el balón se para el tiempo y el rival no sabe por dónde va a salir. En varios encuentros ha entrado de revulsivo y ha revolucionado el partido y en otros lo ha jugado todo. Es verdad que todavía no ha disfrutado de la sensación de marcar un gol, pero no ha hecho falta para mostrar su calidad. Siempre a disposición de sus compañeros.
- La templanza: Jaime. Es el futbolista que más tiempo ha estado sobre el terreno de juego. Y, posiblemente, el más seguro. No se complica la vida y cada encuentro presenta un porcentaje de pases acertados superlativo. Ayuda a la circulación de balón y es intenso cuando no lo tiene en su poder.
- La brújula: Rami. El dueño del centro del campo, titular en 14 de los 17 partidos del Betis en la primera vuelta. Es quien guía al equipo con el balón y ejerce de capitán tanto en el campo como en el vestuario cuando vienen mal dadas. Es el culpable de que sus compañeros salgan enchufados.
El objetivo es que prime la cara buena
El ascenso se puede convertir en objetivo, pero solo habrá una manera de acecharlo: conseguir que la buena cara de este Betis se prolongue durante más jornadas, y no se vea salpicada por los momentos de zozobra del equipo. Las salidas ante Ribert y Peñaranda se prevén como las más complicadas.
Óscar González será el responsable de que el vestuario siga unido y de que futbolistas recién llegados como el caso de Raúl Peláez –cada vez con más participación— o Víctor Ortega, otro seguro, conecten y ayuden a lograr resultados que llegarán con el tiempo, se espera que no demasiado tarde.
Estadísticas goleadoras del Betis

 
			