Real Valladolid y Espanyol se ven las caras en el José Zorrilla en un partido trascendental para sus intereses por la permanencia

¡Cómo pesan los tres puntos perdidos en Los Cármenes!, claman por Valladolid. Y cómo cuesta remontar el vuelo cuando eres el último de la tabla, pensarán los pericos en Barcelona.
No es fácil —nunca se dijo lo contrario— luchar por la permanencia cada semana. Pero lo es todavía menos cuando en los últimos partidos suena con más fuerza la derrota.
Lo del domingo es una final. Eso está claro. Y allí estará un Real Valladolid que rozó (y hasta manoseó) la victoria en el campo nazarí y un Espanyol que viene de perder 4-0 en la Europa League, despidiéndose, salvo milagro, de esta competición.
Lo del domingo, no hay duda, es una final. Y el aficionado que quiera vivirla tranquila que planifique bien la hora de comer, porque a las 16:00 horas ya se sabe. Igual con los sustos la digestión se hace imposible.
Ni los lesionados Joaquín, Antoñito y Nacho formarán parte del plantel, como tampoco Ben Arfa ni Matheus Fernandes, tal y como confirmó el míster, Sergio González, en su última rueda de prensa. ¿Todavía sin Ben Arfa? Todavía sin Ben Arfa. Tiempo al tiempo, que ya llegará, si llega; que las expectativas nunca fueron buenas, aunque los goles siguen siendo bajos. A poco que afine, suma.
Al José Zorrilla vuelve Calero, en una situación complicada en su nuevo club, sin una versión tan brillante como la cuajada en su estreno en Primera e inevitablemente ensombrecido por Salisu, que ha sabido suplir su hueco en la zaga pucelana. Los imprescindibles Marc Roca, Darder o el veterano Diego López acompañarán al defensa en su viaje a la meseta. Y Raúl de Tomás, fuera de la convocatoria: mazazo para el Espanyol, motivo de alegría para los blanquivioletas.
Tampoco podrá estar Víctor Sánchez, que se pierde el encuentro por sanción. ya que vio la roja ante el Sevilla. Una más, y ya son cuatro rojas en lo que va de año para este equipo y que han mandado a la caseta al mencionado Víctor, Javi López, Naldo y Calero; este último, amonestado precisamente ante el Real Valladolid durante el choque de la primera vuelta.
Por parte de los locales, Raúl Carnero se ha hecho grande, gigante incluso. A ver quién le quita ahora del lateral. Guardiola volvió a ver puerta y Alcaraz parece estar más fino. A Toni y a Míchel les falta una marcha. Dan destellos. Si hay que brillar, que sea el domingo, piden muchos. Lo de esta jornada es una final y se nota. Los nervios. Carnaval o Halloween. Todo depende de lo que ocurra en el verde.
El Espanyol es último con diecinueve puntos, a tres del Mallorca, que está fuera de la zona roja. Leganés y Celta de Vigo entre medias. Y el Real Valladolid, que mira el panorama desde arriba, desde la decimoquinta posición, sin riesgo a entrar en el descenso pese a hipotética derrota. Sin riesgo relativo, claro, que otro tropiezo pone las cosas feas. Muy feas. Lo dicho, una final.
No habrá copa, ni confeti ni nada que celebrar al término del encuentro. A lo sumo puños en alto, suspiro de alivio y a seguir, que queda un mundo. ¡Cómo pesan los tres puntos perdidos en los Cármenes! Y más pueden pesar de no atrapar un triunfo. Y cómo cuesta salir de esa última posición. Más va a costar si la victoria se queda en Pisuerga. Final. Finalísima. Final con mayúsculas. La primera de muchas. Por algo hay que empezar. Y bien empieza lo que bien acaba o al revés, que al final viene a ser lo mismo.
Por parte del Real Valladoli, los convocados son Masip, Caro, Pedro Porro, Kiko Olivas, Javi Sánchez, Salisu Raúl Carnero, Moyano, Alcaraz, San Emeterio, Míchel, Waldo, Plano, Hervías, Toni, Guardiola, Ünal y Sandro. En el Espanyol, junto a los ya citados Calero, Darder, Roca y Diego López, viajarán a Zorrilla Andrés Prieto, Pedrosa, Wu Leu, Iturraspe, Ferreyra, Calleri, Melendo, David López, Javi López, Didac, Cabrera, Bernando, Embarba y Víctor Gómez
 
			