Los canteranos del Real Valladolid comparten vestuario en La Nueva Condomina después de acariciar las mieles del primer equipo en Zorrilla y disfrutar juntos en Los Anexos
Cuando uno pasa toda una vida en un mismo sitio pero continuar en él ya no es una opción, a menudo surgen dudas. No fue el caso de Julio Iricibar y Mario Robles, canteranos del Real Valladolid que comprendieron un día que su futuro, al menos a corto plazo, no iba a a seguir teñido de colores blanco y violeta. Después de compartir vivencias en Los Anexos, este curso se han reencontrado en el UCAM Murcia, después de firmar el portero en verano y el central en enero. Juntos protagonizaron el último programa de ‘Charlas en casa’ de este portal.
La interrupción de la competición les ha alejado, no solo porque así lo marca la cuarentena, sino porque Julio se desplazó a Valladolid durante este periodo para cuidar a su padre Antonio, que cayó enfermo por COVID, aunque ya recuperado. Con esa distancia, se ejercitan diariamente siguiendo las indicaciones del preparador físico del conjunto universitario, aun con la duda que se cierne sobre la vuelta a la competición. A día de hoy no parece que la Segunda B se vaya a reanudar, por lo que su primera campaña en el UCAM acabaría de manera abrupta.
“Nos han facilitado bicicletas estáticas para hacer un poco más real la carga de cardio”, explica Mario. Julio, por su parte, echa de menos la sensación de tirarse al suelo en busca de una de sus paradas imposibles, mientras habla de la actual inactividad prolongada: “En vacaciones hacemos deporte al aire libre; ahora llevamos casi dos meses entrenando en casa. Si vuelve la competición, se van a necesitar bastantes semanas de pretemporada para volver a la normalidad”.
Esa reanudación siempre debería ser “con las máximas precauciones”, inciden ambos, aunque no parece tener fácil solución su categoría, para la cual se están barajando diferentes opciones. “Es una decisión complicada, y la acataremos”, comenta el cancerbero, quien, no obstante, no comparte que puedan ascender los primeros, pues en el Grupo IV esto favorecería a un Cartagena que desbancó al Marbella en la última jornada. Además, “sin aficionados, el fútbol es menos fútbol”, lamenta, algo que apostilla el zaguero: “Hasta que no se garantice la seguridad de todos, el fútbol no se debería reanudar”.
Escalada interrumpida
Julio Iricibar llegó al UCAM Murcia de la mano de Rubén Albés el pasado verano y vivió un inicio irregular, en el que el gallego (que sorprendió durante la charla a sus expupilos con un mensaje de ánimo) fue sustituido por Miguel Rivera. “Desde que vino Mario las cosas se estaban dando mejor y estábamos escalando posiciones. El coronavirus nos ha impedido seguir esa escalada”, argumentó el portero.
Mario Robles vio desde el primer día que el equipo tenía mimbres para ir mejor, creaba muchas ocasiones, pero le costaba hacer gol. Cinco triunfos en este 2020 fueron acicate a aquel comienzo y permitieron por fin que los universitarios se situasen en la mitad alta de la tabla clasificatoria. “El Cornellà es un club muy ambicioso, pero el UCAM es uno de los equipos ‘top’ de la categoría, con un estadio y una estructura muy bien formada. Cuando me llegó la oferta no lo pensé”, expone el defensor sobre su llegada.
En Murcia, donde comparten vestuario con David Mayoral, están buscando demostrar que tienen su hueco en el fútbol profesional, ese que no consiguieron hacerse en Valladolid, algo que entendieron al agotar sus etapas sub-23. Desde la distancia continúan siguiendo al Real Valladolid y a su filial y perciben un cambio en la política de cantera –“abismal” a ojos de Julio– que aplauden, pese a la añoranza de no haberlo vivido en primera persona, a pesar de acariciarlo.
