Los blanquivioletas han firmado a nueve jugadores en este mercado, solamente superados por dos recién ascendidos como son Elche y Cádiz
Ya se sabe que para mantenerse en Primera División los equipos deben tener una plantilla fuerte y amplia para poder abarcar toda la competición. Esta anómala ventana de fichajes ha dado buena muestra de ello con los tres conjuntos que más incorporaciones han sumado. El Cádiz ha incorporado a quince jugadores nuevos a su perfil y el Elche a catorce –uno en calidad de préstamo–. Justo debajo de ellos se encuentra el Real Valladolid con nueve movimientos y presentaciones de caras nuevas: se trata de Orellana, Luis Pérez, Bruno, Roberto, Weissman, El Yamiq, Janko, Roque Mesa y Jota, cedido del Benfica.
El equipo de Sergio González no se ha desprendido de grandes jugadores más allá de Salisu y del capitán Javi Moyano, a última hora, mientras que algunos como Sandro y Ünal terminaban su cesión. Con todo ello, las oficinas del José Zorrila se decidieron poner serias para reforzar la plantilla y, sin un gasto excesivamente alto, han logrado ampliar con creces el número de futbolistas. Más de la mitad han llegado libres de otros clubes y por aquellos por lo que ha habido que desembolsar dinero no han sido cantidades desorbitadas ni por encima de lo que pueda gastarse ahora el Real Valladolid.
Aunque Weissman haya sido la compra más cara en los 92 años de historia del club, se sabe que ahora se puede permitir cantidades mayores que las de hace unos años gracias a la llegada de Ronaldo Nazário. De todos modos, cuatro millones por un delantero que viene de marcar –aunque sea en la liga austríaca– 30 goles en 31 partidos no es una mala cifra para un equipo de la máxima categoría del fútbol español.
Los equipos grandes de la competición han realizado pocos o ningún fichaje, solo en aquellas posiciones en la que podían flaquear un poco más. Solo el Valencia ha sufrido un número de pérdidas inusual como para ser mencionado, pero lo del conjunto ché en su plantilla es algo de que se escapa de lo meramente deportivo. Aunque quien mejor parado parece que sale de este mercado es el Granada, con una serie de incorporaciones clave entre fichados y cedidos para sobrevivir a las tres competiciones que disputará este año.

Un total de once altas
en el primer equipo
Además de los fichajes ya mencionados, Sergio González cuenta en su plantilla con otras dos novedades: Kike Pérez, ascendido del filial, que ya disputó varios partidos al final de la pasada temporada y encandiló a la afición pucelana, y Marcos André, el delantero brasileño de veintitrés años, que regresa de su cesión el CD Mirandés donde registró unas cifras de doce goles y dos asistencias.
Antes incluso del inicio de mercado, el Real Valladolid ya tenía firmados a dos jugadores que estaban cedidos en el club, como son el central Javi Sánchez y el lateral izquierdo Raúl Carnero, por lo que el refuerzo del Pucela entre adquisiciones, cesiones y jugadores del filial asciende a un total de trece jugadores, de los cuales doce son en propiedad.
Cantidad no implica calidad, pero reforzarse ampliamente sí que da lugar un posible mayor descanso de los jugadores. Que el número de fichajes del Real Valladolid esté más cerca de la línea de los recién llegados a Primera que de aquellos consolidados no significa nada. Las necesidades de cada club varían cada año y los motivos pueden muy diversos. Estos fichajes se tratan de altas que vienen a reforzar un equipo bastante construido ya, que busca aumentar el nivel grupal y mejorar lo que ya se tiene. No son incorporaciones dadas por una desbandada de jugadores clave.
 
			