Javier Baraja confió en los recién llegados, hizo debutar en Segunda B al ghanés, dio minutos al brasileño del Atlético Tordesillas y volvió a confiar en el palentino, todavía juvenil
De entre los que vieron el choque del Real Valladolid Promesas del pasado domingo ante el Burgos, muchos se sorprendieron al ver que Baraja apostó, también debido a las bajas, por confiar y hace debutar en la presente campaña a tres hombres que provienen de las categorías inferiores, y cuyos nombres ya llevan rondando varios años por la entidad blanquivioleta. Amoah, Dalisson y Castri dieron sus primeros pasos en la presente campaña entrando en la segunda parte y aportando mucho al equipo. Sobre todo el brasileño, que tuvo la oportunidad de adelantar a los suyos e intervino en la jugada del gol.
Dalisson, un puñal por la banda

Dalisson aterrizó en el Pucela siendo cadete, procedente del Textil Escudo cántabro y con buenas referencias por su juego vertical, rápido y directo. Aunque su llegada a Anexos no fue la esperada, ya que, debido a la normativa sobre futbolistas extranjeros menores de edad, tuvo que pasarse un tiempo sin jugar. Pero cuando se resolvió esta situación, fue el momento de ver qué pasta estaba hecho. Rápidamente destacó por lo que se esperaba de él, un jugador muy veloz, con una buena zancada y sorprendió su juego técnico, unas habilidades que le llevaron hasta el División de Honor, donde compartió plantilla con jugadores que hoy están en el Promesas como Nieto o Víctor Socorro.
Después de estrenarse en la categoría en aquella temporada, ante el San Sebastián de los Reyes, el curso pasado salió cedido en busca de más minutos, y recaló en el Escobedo, volviendo así de dónde vino: Cantabria. Sin embargo, una lesión al principio de este año le hizo completar una temporada bastante irregular, encadenando grandes actuaciones con parones. No obstante, tuvo tiempo suficiente para anotar el gol definitivo que eliminaría al Málaga de la Copa del Rey. Ahora afronta un nuevo reto, y es que jugará este año en las filas del Atlético Tordesillas; sin embargo, Baraja le quiso recompensar dándole minutos en el debut liguero en el que fue su primer partido tras ocho meses parado.

Amoah, la perla africana
Central, alto, fuerte, poderoso por arriba y procedente de la African Talent Footbal Academy. Parece que las tornas se vuelven a repetir con Amoah. Como ya ocurriera años atrás con Salisu, el también ghanés se ha convertido en una de las perlas de la cantera blanquivioleta. Un jugador con un físico exuberante, posee cualidades innatas en el juego aéreo, siendo un jugador resolutivo, pero que no rechaza la técnica y la colocación. Tampoco cojea en el juego por abajo, donde su poderosa zancada y su rapidez hace que le sea posible en muchas ocasiones adelantarse a los delanteros rivales.
La pasada temporada jugó en el División de Honor, donde ya destacó en varios partidos por su superioridad física. Sus habilidades que le permitieron, en varias ocasiones, entrar a las ordenes de Baraja, que contó con él durante la preparación para los play-off que jugó el Promesas. Ahora, como jugador, ya sí, del Promesas, el club quiere que siga progresando y, aunque trabaja con el filial, tiene ficha con el Atlético Tordesillas. Solo queda ver si el destino le llevará a recorrer el mismo camino que anteriormente hizo Salisu, aunque será él quien ponga el techo de su carrera.

Castri, un presente con mucho futuro
En su caso, su participación no supuso el estreno en la categoría, pero es innegable que la presencia de Castri en las filas del Promesas permite ver a una de las mayores perlas de la cantera en una prueba de nivel. Con dieciocho años recién cumplidos, volvió a asomar con el Promesas, con el que debutó con apenas dieciséis en Segunda B. Llegó al Real Valladolid siendo cadete, procedente de la CIA de Palencia, y desde entonces se ha resuelto como un atacante con potencia, verticalidad y que no reniega de sus obligaciones defensivas.
Baraja es su principal valedor, puesto que fue el entrenador que le hizo debutar en la División de Honor en su etapa al frente del Juvenil, después de dirigirlo en cadetes.
Este pasado domingo, el técnico blanquivioleta volvió a contar con él para los minutos decisivos del partido, por delante de jugadores ya asentados como Víctor Socorro. En los escasos quince minutos que estuvo sobre el verde, ya dejó muestras de lo que el jugador puede aportar a este equipo. Se trata de un jugador con mucho futuro, pero también con mucho presente que ofrecer al Real Valladolid.
 
			