El técnico del Betis sufrió un infarto en la tarde del sábado, cuando su equipo jugaba en Mojados
El fútbol base de Valladolid está de luto después del fallecimiento la pasada madrugada del entrenador de las categorías inferiores del Betis CF José Alberto Ferrero, conocido en los campos como Sete, quien actualmente dirigía al segundo equipo cadete del club verdiblanco. En la tarde del sábado, después del partido que sus chicos disputaron en Mojados, se encontró indispuesto y fue atendido por el 1-1-2, que determinó que sufría un infarto del cual no se pudo recuperar.
Desde el mismo instante en que el Betis oficializó dicho problema cardíaco, las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo a un técnico querido, de la casa, que, sin embargo, era conocido mucho más allá de las barras verdes y blancas, debido a la importante labor formativa que desempeñó durante años defendiendo principalmente esos colores. Así, fue con él en el banquillo con quien el juvenil de la entidad ascendió por última vez, a la categoría Regional que aún hoy ostenta, si bien no fue el único sitio donde entrenó, puesto que, tras formarse siendo parte de las selecciones provinciales de Valladolid, también lo hizo en otros clubes como el Victoria CF durante más de una década.
Las muestras de afecto se convirtieron en condolencias a primera hora de esta mañana, cuando su club de siempre notificó su deceso con la siguiente nota: “Hoy es un día especialmente doloroso, porque nos acaba de decir adiós para siempre nuestro amigo Sete Ferrero. Quizás haciendo lo que más te gustaba y en busca de cumplir con su deber de hombre del Betis, nuestro ya imborrable Sete ha pasado a formar parte de esa galería de hombres de bien, enamorados del fútbol y apasionado de los que desde la base se incorporan a nuestro deporte. No hay palabras para expresar nuestro desconsuelo por su adiós, pero sí gestos y sentimientos que desde nuestro querido Betis no le van a faltar a nuestro amigo. ¡Hasta siempre, compañero!”.
Desde entonces, el cariño y los calificativos por parte de excompañeros entrenadores, de sus exfutbolistas, rivales y otros clubes se han sucedido, comenzando por el propio Victoria, que recordó los “momentos imborrables” y “la huella que dejó en el club” después de más de diez temporadas dirigiendo en el Luis Minguela. Esos mensajes destacan principalmente su bondad, sus principios y su dedicación al deporte del balompié, valores de los que trató de impregnar a sus futbolistas hasta el sábado y que aquedarán arraigados no solo en aquellos a los que estaba dirigiendo actualmente, sino en todo su club, un Betis marcado estos últimos años por la pérdida de Nemesio Gómez ‘Peque’, su histórico presidente, o de José Luis Gutiérrez ‘Guti’, uno de los principales artífices de la fusión con el CF Pegaso y el Arroyo Pisuerga que se produjo el verano pasado.
			