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Real Valladolid Simancas: ¿Y ahora qué?

La separación de Real Valladolid y Villa de Simancas suscita dudas como estas en el fútbol femenino provincial

por Jesús Domínguez
31 de marzo de 2025
Real Valladolid Simancas: ¿Y ahora qué?

Foto: Real Valladolid

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Real Valladolid y Villa de Simancas parecían, de un tiempo a esta parte, condenados a separarse. Lo que comenzó siendo una relación ilusionante, como todas aquellas que comienzan, ha terminado yéndose por el sumidero como una ruptura; no tan abrupta como pudo ser, pero ruptura, al fin y al cabo. El escenario del fútbol femenino provincial volverá a cambiar la próxima temporada motivado por el botón de reset que pulsará la entidad blanquivioleta y que dependerá, también, de lo que haga la franjiblanca. Con todo, la decisión (de los dos, aunque haya sido el Real Valladolid quien la ha anunciado unilateralmente) suscita algunas dudas.

¿Qué pasará de aquí al final?

El primer equipo del todavía denominado Real Valladolid Simancas tiene todavía opciones de hacer play-off. No le sobran; está a seis puntos con cuatro partidos por disputarse, pero cosas más raras se han visto. Para lo que queda, como quiera que el convenio finaliza el 30 de junio, es de esperar que no haya decisiones traumáticas por parte de los unos o de los otros que pongan en riesgo el final del curso. Aunque las relaciones están, como poco, bastante deterioradas, los dos clubes deben estar a la altura de aquí al final del convenio para preservar no solo su imagen, sino para no afectar -más- a los dos equipos que forman parte del acuerdo; tanto al que dirige Rubén Beltrán como al que entrena Ali Carranza, que también lleva el apellido Simancas (al que le quedan seis jornadas).

¿Vuelta al pasado?

El Villa de Simancas ya caminó solo en otros tiempos dentro del fútbol femenino. Lo hizo antes del convenio, en un sentido estricto y reciente, pero también en uno amplio y lejano: compitió durante varios años en categorías nacionales antes de que el CD Parquesol absorbiera la estructura del Rayo Simancas. Por tanto, mantener esta sección no sería más que una vuelta al pasado, por la que abogan en Los Pinos; máxime teniendo en cuenta que los cambios en el fútbol femenino nacional pueden llevarle a competir otra vez a nivel nada más que regional.

¿Otra vez desde cero?

Sí. Salvo que se produzca algún extraño avatar o acuerdo -que rizaría el rizo-, el Real Valladolid empezará otra vez desde la categoría más baja, la Liga Doble G, a la sazón, segunda regional. Esto significa que su equipo sénior estará por debajo de los dos planteles que hoy gestiona el Villa de Simancas, lo cual supone un retroceso claro si se tiene en cuenta lo deportivo, cosa que no debe ser así, pues el propio club ha hablado de proyecto social. Una repregunta, o un planteamiento que cabe hacerse de cara al futuro, tiene que ver con qué pasaría si, como sería lo normal, ese equipo va ascendiendo, si bien al arrancar tan abajo el club gana tiempo y convierte esa diatriba en un problema del Real Valladolid del futuro, con todo lo que eso supone (incluida la propiedad).

¿Y las jugadoras?

En todo este dislate, las jugadoras no tienen culpa, aunque seguramente sí tengan pena, puesto que el campo ha otorgado unos méritos al Real Valladolid Simancas que, tenga quien tenga la culpa, haya sido como haya sido el proceso de malentendimiento, ellas se han ganado en el césped (con todo lo que supone, además, el hecho de representar al equipo de su ciudad o al club más grande de la comunidad). Buena parte del plantel es joven y apenas está empezando, por lo que no les faltarán las ofertas, incluso acompañadas de remuneración en más de un caso. Está por ver si a alguna le puede el corazón y sigue de blanquivioleta o el proyecto que, si sigue adelante con el fútbol femenino, puede desarrollar el, por otra parte, Villa de Simancas.

¿Y el resto de equipos de Valladolid?

Tal y como se han puesto las cosas, con la ampliación de la actual Tercera RFEF, el CD Parquesol puede acabar librándose del descenso, a pesar de haber ganado nada más que un partido en todo el año. Si se mantiene en la categoría, seguiría siendo el referente de la provincia, siempre sin tener en cuenta al club del alfoz, con el que, quizás, podría competir en unas mejores condiciones que las actuales con el Real Valladolid. Otro equipo vestido de naranja como es el Atlético Lince podría verse beneficiado también; de la ampliación, pero también de las dudas que puedan asaltar a jugadoras que han sido parte de los dos equipos blanquivioletas durante este año.

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