José Bordalás es un entrenador de verbo suelto y fluido, no solo cuando está en la banda mientras su Getafe juega, sino también en rueda de prensa, un lugar que maneja a la perfección (y si no, recuerden aquello de “esto es fútbol, papá”). El veterano entrenador, que vuelve a liderar a un conjunto batallador, visita este domingo el Nuevo José Zorrilla, un estadio que pisó como técnico hace casi veinte años y que a buen seguro tiene el recuerdo (aunque la eliminación fuese fuera) de aquel enfrentamiento en un play-off de ascenso de 2011.
Mucho tiempo ha pasado desde los calambres de Jaime -que luego jugaría en el Real Valladolid– y de la primera muestra ante el gran público de su dominio de un fútbol tan respetado por unos como repudiado por otros. Entre los que lo odian, no está Álvaro Rubio, jugador hace catorce años, cuando Bordalás dirigía al Elche, a tenor de sus palabras. A su manera, sin personalizar tanto, le devolvió este viernes los elogios de su homólogo.
“Se está jugando mucho y para ellos es una auténtica final. Cada partido en Primera tiene una dificultad enorme, van a tener el apoyo de una afición magnífica y saben que necesitan ganar”, indicó, antes de afirmar que, en su opinión, los blanquivioletas “quizás merecen más puntos”, debido a algunas de sus actuaciones y a un viejo conocido como es Latasa, que lleva tres partidos seguidos marcando, y a quien dirigió la temporada pasada.
En concreto, Bordalás recordó que las recientes derrotas por la mínima contra la Real Sociedad o contra el Real Club Celta, “de penalti al final”, así como el empate contra Las Palmas, un partido que “estuvo cerca de ganar”. Todo uno, hace que el míster azulón considere, el Real Valladolid afronta el partido sabedor de que “de manera matemática aún puede sumar muchos puntos”, lo que le lleva a pensar que la clasificación no es del todo determinante, y profesa a los pupilos de Álvaro Rubio “el máximo respeto”.
Siguiendo en esa línea, definió el encuentro como “de máxima dificultad”, algo que desde las orillas del Pisuerga puede sonar a exceso, teniendo en cuenta la racha que acumula el Real Valladolid, y que puede sonar más a llamada de atención, por si las moscas, que a otra cosa (aunque tienden los entrenadores a respetar siempre al rival). Eso de la dificultad enorme, de hecho, José Bordalás lo reiteró al hablar de su último recuerdo en el José Zorrilla: la salvación ‘in extremis’ de hace dos temporadas, cuando en el choque de la jornada 38 los dos equipos se jugaban la categoría (y bajó el que, como este domingo, ejercía de local).
Un contexto diferente y una salvación en Zorrilla
“Son contextos y temporadas diferentes, aunque todos tenemos un bonito recuerdo”, confesó un José Bordalás que llega con cierto desahogo, después de algunos momentos complicados a lo largo del curso, que recordó en su comparecencia. “Tenemos bastantes puntos, sore todo teniendo en cuenta las dificultades que tuvimos al comienzo de la temporada, con jugadores actuando fuera de posición. Tenemos muchos puntos [36], pero no hemos conseguido el objetivo, que todos tenemos claro cuál es”, aseveró, refiriéndose a la permanencia.
En esta nueva visita, habrá 700 aficionados azulones en el fondo de Zorrilla, que posiblemente sean más en caso de que otros hayan adquirido entradas en otras zonas, como sucede puntualmente. A ellos les dio las gracias el técnico: “Es muy bonito. Quiero darles las gracias en nombre de todos. Es tremendamente importante para nosotros que se desplacen tantos aficionados. Los futbolistas van a tener un punto extra de ánimo cuando miren a la grada y vean esa marea azul”, aseguró el entrenador.
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— Getafe C.F. (@GetafeCF) April 4, 2025