El Real Valladolid Promesas de Manu Olivas no teme al riesgo de ir abriendo puertas a los que, hace muy poco, eran jugadores clave de su Juvenil. En ese contexto, el nombre de José Luis Aranda no debe ser extraño para quienes solieran asistir a los partidos del equipo de Olivas y Briones en Los Anexos antes de su salto al Promesas. El central nacido en Valladolid se había convertido en uno de los puntales de esa zaga juvenil y, poco a poco, va cogiendo peso en las convocatorias de un filial que anuncia el posible buen futuro de un defensor sin miedos ni complejos.
Natural de la ciudad del Pisuerga y con una talla llamativa para su edad, la posición de defensor central le va como anillo al dedo al joven Aranda. Nacido en enero de 2006 y con apenas 19 años, su capacidad para hacerse fuerte en el centro de la defensa del equipo juvenil nacía de su valentía y de su capacidad para no hacer nada que pudiera envolver de dudas la jugada. Esa seguridad y capacidad para deshacerse de las dudas le han reportado un perfil curioso a un central que no encajaría en el marco típico de la defensa en la actualidad, pero que le acercan a poder ser un perfil más que útil para seguir su camino como defensor en la disciplina pucelana.
Habiendo debutado ya en el Promesas en el mes de diciembre de 2023, su presencia en el contexto del filial había sido intermitente, con otros jugadores por delante pero con la sensación de que sus habilidades eran tenidas en cuenta. En la actual campaña, José Luis Aranda ha dado un salto también en cuanto a números. Casi 2.000 minutos como jugador en el juvenil, primero con Manu Olivas y más tarde con Sisi, pero también en el filial blanquivioleta. Si el debut fue a las órdenes de Álvaro Rubio, su continuidad esta campaña, ya con diez partidos jugados en el Promesas, es a cargo de la confianza de Manu Olivas, quien le conoce a la perfección.
⛔️ Un muro llamado Aranda
El #RVJuvenilA sigue preparando el partido de este domingo (Anexos, 17.00 horas) frente a la @AD_Alcorcon#pucela #RVcantera pic.twitter.com/412TkTNdaH
— Cantera Real Valladolid (@RVcantera) September 4, 2024
Aranda, un central de los de antes
Fuerte al salto, muy capacitado para las coberturas, inteligente para posicionarse y anticiparse y valiente en los duelos, lo de Aranda no parece engañar. Es un central de los de antes, pero ahora. Un jugador que parece poder seguir creciendo más allá de lo físico y al que su tenacidad parece prometer un futuro que le acerque a la élite. Incluso esa voluntad por hacer las cosas fáciles le limita para cometer errores. Es consciente, por lo que se ve en sus partidos, de las limitaciones de su rol, de su posición y, sobre todo, de sus capacidades. Un valor seguro que no debe despreciarse y que le puede reportar no pocos éxitos. Esa contención y la paciencia exigida para ser un defensa más atado al duelo que a la salida de balón, le coloca en un pedestal interesante, por ser un perfil defensivo atípico, incluso, para el tipo de jugador que suele salir de la cantera en Valladolid.
En un momento en el que el toque y la salida de balón están especialmente bien vistas, la realidad es que Aranda brilla por algo de alguna manera alejado del marco habitual. Al central se le premia por su consistencia, su arrojo y su habilidad para hacerse fuerte en las peores situaciones posibles, siempre teniendo en cuenta su edad y su recorrido, pero se le ha de valorar también la paciencia y la capacidad de medir riesgos. El jugador de la línea defensiva ya va quemando etapas y convenciendo de que esa capacidad que ya ha sabido mostrar con los juveniles, le puede abrir puertas ahora en el último paso antes de la élite en Valladolid.
Una de esas piezas que, si todo sigue como hasta ahora, puede desembocar en el surgimiento de un perfil de central muy interesante a nivel físico, que precisamente por esa voluntad para hacer las cosas de manera simple suma más de lo que resta también en las exigencias habituales a un central moderno. Se puede decir, pues, que la línea defensiva del equipo blanquivioleta ahora mismo está en buenas manos, con un Aranda convencido, seguro de sí mismo y sintiendo los colores que, desde niño, está vistiendo con gran capacidad y calma.
 
			