Sergio Herrera nació en Burgos, específicamente en Miranda de Ebro, una localidad que hoy vibra con la posibilidad de ser equipo de Primera División. Casi siempre unido a equipos vascos desde categorías formativas, su viaje por el fútbol le ha llevado a ser uno de los focos esenciales para entender el éxito de un proyecto ambicioso pero humilde. Osasuna no quiere aplausos que no le correspondan y la realidad es que su talante y determinación nacen, en gran parte, de la sensatez. Una frialdad en la que, a menudo, se ve representado su meta.
Natural de Castilla y León, su sueño bajo los palos, desde niño, se ha desarrollado en el País Vasco. Alavés, Laudio, Amorebieta… También en Huesca, que eso ya es Aragón, como ahora, separado de Euskadi pero muy cerca, en Navarra. Lo cierto es que el éxito del cancerbero no reside en esa procedencia o en su capacidad para adaptarse a un escenario tan propicio y naturalizado para la práctica futbolística como el norte de España, sino en su capacidad para hacerse fuerte y confiar en sus virtudes, incluso en competencia con porteros muy experimentados.
Desde que llegara a Pamplona, precisamente desde Huesca, el portero burgalés casi siempre ha tenido oportunidad de mostrar su capacidad bajo los palos. Fue precisamente en Segunda cuando Sergio Herrera llegaría a ponerse la camiseta de Osasuna por primera vez. Tras brillar con el conjunto oscense (43 partidos jugados la temporada 16/17), en el verano de 2017 llegaba a un Osasuna a las órdenes de Diego Martínez. El técnico lo entrenaría todo ese año, justo antes de que llegara Jagoba Arrasate, un nombre clave en su zénit como portero en Osasuna y en LaLiga.
Con todo, su rendimiento de se hizo notar ya en Segunda División desde esa primera temporada. El conjunto navarro acabó octavo, muy por detrás de su exequipo, el Huesca, que logró el ascenso directo esa campaña. Ese año, Sergio Herrera ya destacó como uno de los porteros más fiables del torneo, logrando que Osasuna fuera el segundo equipo menos goleado de toda la segunda categoría del fútbol español (solo por detrás del Cádiz de Cervera). Y todo, pese a la adversidad.
Herrera y su lesión de cruzado
Herrera se rompería el ligamento cruzado anterior de su rodilla casi acabada su primera temporada en Osasuna. Por ello, el final de campaña, amargo por no poder sumarse al play-off, se acrecentó por no poder sumar desde el inicio de la temporada. Se incorporaría a la disciplina del equipo navarro casi en la Navidad de 2018. Se había perdido todo el tramo inicial de la primera campaña de uno de sus grandes valedores, Jagoba Arrasate, y otro portero, Rubén Martínez, se estaba ganando la titularidad. Pero el mirandés fue de todo menos un problema. Acompañó al equipo y estuvo ahí cuando se le necesitó (solo cuatro partidos de liga desde su recuperación). Todo para demostrar que si había un portero comprometido con Osasuna y con el reto de seguir haciendo crecer el proyecto rojillo, ese era él.
La llegada del técnico vasco fue el pilar esencial para que Osasuna llegara al tan ansiado ascenso y, sobre todo, cimentara un proyecto que pudiera servir de base para seguir creciendo, esta vez desde las alturas de la élite del fútbol español. El salto a Primera División llegó en esa misma campaña 2018/19, siendo líderes de Segunda por delante de Granada, Málaga, Albacete, Mallorca y Depor. El sueño de Primera llegó a Pamplona y Sergio Herrera seguía allí para celebrar y para saber que debería seguir luchando. Y si bien es cierto que ese primer año no partía como titular, sí fue capaz de ganarse la portería con el paso de las jornadas.
Desde su llegada al conjunto navarro, ha jugado ya 223 partidos como portero de Osasuna, sumando casi los 20.000 minutos como futbolista dentro de la disciplina de un equipo especial, con unas columnas institucionales fuertes, que sustentan un proyecto deportivo en el que Arrasate vio en él a un portero entregado por el club rojillo y que, pese a la adversidad y las dificultades, supo entender que con trabajo casi todo es posible. Una mentalidad que, precisamente Osasuna, lleva a flor de piel cada semana.
Sergio Herrera, tercer portero con más partidos en la historia de Osasuna.
Con el encuentro ante Las Palmas, el portero rojillo superó a Ricardo López y entró en el podio de los guardametas con más partidos, solo por detrás de otras dos leyendas de Osasuna como Roberto… pic.twitter.com/7HzIrjt1bj
— C. A. OSASUNA (@Osasuna) January 28, 2025
 
			