Veinte de abril de 2025. Tiempos pasados siempre fueron mejores, al menos eso dictan los Celtas Cortos, la nostalgia, y los datos en el caso del Real Valladolid en Primera División. En un José Zorrilla medio vacío – el optimismo no es el suficiente como para verlo medio lleno -, el Pucela perdió contra Osasuna.
Veinte de abril y Domingo de Resurrección. Mientras la familia cristiana celebra la resurrección de Cristo y las películas religiosas y de romanos invaden las cadenas de televisión, el conjunto blanquivioleta por un momento pareció rodar Este muerto está muy vivo, mientras los aficionados presentes aplaudían evocando la canción de La vida de Bryan en la cruz. Pero es difícil ver el lado bueno de la vida en una temporada así, la realidad es que la penitencia continuó para un equipo que puede morir definitivamente la próxima jornada
El encuentro se decidió desde el inicio. Se habían disputado ocho minutos cuando Ruben García realizó un movimiento desde dentro hacia la banda, recibió a la altura de tres cuartos sin marca, puso un centro perfecto a la cabeza de Budimir y el delantero, también de forma placentera, conectó un buen remate para abrir el marcador.
El conjunto visitante impuso el ritmo del partido, pero éste tampoco era demasiado alto. Antes del gol, Vicente Moreno tuvo que hacer un cambio obligado, el técnico sustituyó por lesión a Moncayola y dio entrada a Pablo Ibáñez. Con partido el jueves, dio la impresión de que incluso la escuadra pamplonesa quiso dosificar el esfuerzo al verse muy superior. El Real Valladolid no conseguía generar peligro, pero lo intentó sobre todo por las bandas y en especial por el perfil derecho de Candela y Machis. También se buscó en alguna jugada directamente a Latasa, aunque el ariete se vio superado por la línea defensiva rival.
Osasuna quería mantener dormido al Pucela con poesiones largas, y en una de ellas llegó el segundo tanto rojillo. La jugada avanzó por el costado derecho, y tras un centro-chut desde prácticamente la línea de fondo que repelió como pudo André Ferreira, Rubén García apareció de nuevo para marcar a portería vacía.
Tuvo un par de oportunidades el Real Valladolid antes del tiempo de descanso, pero ninguna inquietó demasiado a Sergio Herrera. La primera fue un disparo lejano de Jurić y la segunda llegó tras una buena acción de Raúl Moro, el hombre, como de costumbre, más activo del ataque blanquivioleta. El extremo cedió el balón a Chuki, pero el canterano tampoco pudo batir al guardameta.
En la segunda mitad, Álvaro Rubio realizó un doble cambio; Grillitsch y Machis dieron paso a Iván Sánchez y Sylla. Los locales salieron mejor después del entretiempo y en un pase largo al espacio Raúl Moro le ganó la partida a Boyomo en velocidad y recortó distancias en el marcador. Trató de responder el conjunto pamplonés mediante Pablo Ibáñez, que tras un buen recorte buscó sorprender a Ferreira con un tiro desde la frontal raso y cruzado, pero el luso metió una buena mano.
Acto seguido, Latasa cometió un penalti sobre Catena. El delantero lo pisó y Osasuna aprovechó el error para aumentar su ventaja. Budimir firmó su segundo tanto del encuentro tras engañar en el lanzamiento al portero del Real Valladolid. Pero el equipo blanquivioleta volvió a meter presión, también desde los once metros. Tras revisar que no hubiera fuera de juego, Gil Manzano señaló pena máxima cometida sobre Sylla en un balón dividido. El propio Sylla lo transformó y sumó así su quinto gol de la temporada, el cuarto de penalti.
Ante Budimir. Dieciocho goles. pic.twitter.com/OOzvy7X25i
— C. A. OSASUNA (@Osasuna) April 20, 2025
Ese ritmo se apagó hasta los últimos minutos del partido. Tras un tímido arreón en el descuento Del Real Valladolid, con un juego más directo, pero sin terminar de culminar sus acciones, el duelo concluyó y se confirmó, otra semana más, una nueva derrota blanquivioleta. Con los resultados que se han dado en la jornada, este jueves ante el Betis podría ser el día del descenso de forma matemática.
			