Blanquivioletas
  • Primer equipo
  • Cantera
  • Fútbol provincial
  • Fútbol regional
  • Opinión
  • Actualidad
  • EN
Blanquivioletas
No Result
View All Result

La Pizarra de Blanquivioletas | FC Barcelona

Una mirada al FC Barcelona de Hansi Flick, rival de la próxima jornada para el Real Valladolid en el José Zorrilla

por Miguel Ruiz
2 de mayo de 2025
en Primer equipo
FC Barcelona Pizarra

Chuki marca otro gol de tres puntos

Mis 3 favoritos del Real Valladolid: Jornada 12

Las 3 claves de la victoria del Valladolid ante el Granada

El FC Barcelona visitará el José Zorrilla con la sensación, cada vez más real, de que algo grande se está gestando en torno al equipo culé esta campaña. En plena lucha por un triplete que nadie se atrevía a imaginar en septiembre, el equipo de Hansi Flick encara la recta final de la temporada con hambre y convicción. Tras el reciente empate frente al Inter en la ida de semifinales de Champions League y con un Clásico liguero a la vuelta de la esquina, el duelo frente al Real Valladolid de Álvaro Rubio aparece como una parada delicada por la posibilidad de confiarse demasiado.

En Barcelona deben saber que, si no se maneja bien, la ventaja y el margen se pueden hacer muy pequeños y acabar por descarrilar el tren culé justo antes de saborear la gloria. Sin mirar al rival, cualquier partido de LaLiga exige atención, pues lo que está en juego es el título liguero y la distancia con el eterno rival. Con un nivel de concentración óptimo, parece que este Barça está muy por encima de un Real Valladolid en crisis.

Así juega el FC Barcelona de Hansi Flick

La llegada de Hansi Flick no fue una revolución, pero sí una corrección más que necesaria. Una renovación de las aspiraciones, ilusiones y procedimientos sin cambios tan sustanciales en la plantilla que se vio en la pasada campaña. El Barça ha pasado de ser un equipo inestable y nervioso a otro que respira con más calma, que se defiende mucho mejor en campo contrario y que ha conseguido una estructura que no se deshace si tiene la mala fortuna de recibir algún golpe de sus rivales.

Con balón, naturaleza habitual del equipo de Flick, el Barça no ha renunciado a la posesión, pero ahora trata de tenerla con mayor intención y verticalidad. Ese cambio de ritmo en asociación facilita que la circulación de balón sea menos académica y mucho más práctica. La presencia de interiores que pisan área con facilidad y la permuta constante en la frontal (Pedri, Olmo o Fermín) y extremos que desequilibran hacia dentro o hacia fuera (Lamine Yamal o Raphinha) ha devuelto la amenaza al ataque culé, con un carácter a nivel ofensivo y una constante creativa de la que Lewandowski ha sabido beber durante toda la temporada y que Ferran Torres, tras la lesión del polaco, está sabiendo aprovechar.

Aunque en muchos tramos es el 1-4-3-3 el que sigue liderando la pizarra de Flick, de inicio el Barcelona opta más por un 1-4-2-3-1 con una base más optimizada, mezclando el equilibrio de Frenkie de Jong, adaptado de manera ejemplar a la función que ha heredado de Marc Casadó, a la pausa y clarividencia de Pedri, generalmente en ese perfil constructivo.

Qué jugador. pic.twitter.com/nmF7JtUfWR

— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) April 30, 2025

Es así como, enlazado con los extremos y con la siempre inestimable pieza intermedia de Fermín López o Dani Olmo, hiperactivos y presentes entre líneas, el Barça aprovecha para superar la presión rival y encontrar huecos por los que transitar y generar oportunidades. Habitualmente, es el lateral derecho, Jules Koundé, el que cierra por dentro para dar equilibrio y sumarse a la circulación, mientras que Alejandro Balde da amplitud y altura por la izquierda. Una construcción curiosa, con esa salida de balón asegurada por la altura de línea proporcionada por Íñigo Martínez y la capacidad de pase (en corto y largo) de Pau Cubarsí.

Sin balón, el Barça presiona alto de manera insistente, pero sobre todo se posiciona bien para hacerlo con criterio. No roba tantos balones como acostumbraba, pero sufre menos cuando no lo hace por el posicionamiento de su defensa y la velocidad de sus laterales. El equipo ha crecido en el manejo de las transiciones y se nota claramente en partidos de ida y vuelta que se le solían ir de las manos.

Muchas luces y algunas sombras

La principal virtud de este Barça es la sensación de trabajar en equipo en cualquier situación, ya sea defensiva u ofensiva. Esa colectividad ya no depende tanto del brillo de uno o dos nombres, sino que alimenta con su idea de juego global las habilidades de las piezas clave, esencialmente representadas por Pedri, Dani Olmo, Raphinha y, especialmente, Lamine Yamal. Hay automatismos y jerarquías claras, así como respuestas básicas cuando el partido se llega a enredar. Incluso sustituciones que ya dan un mensaje claro. Esa madurez le ha permitido competir en todos los frentes sin llegar a mostrarse débil en ninguno, vivo aún en todas las competiciones en juego.

Barcelona Flick
Foto: FC Barcelona

Un bloque que funciona también porque muchos futbolistas han reconectado con su mejor versión. El caso de Cubarsí, que ha crecido en solvencia y lectura desde la base, el de Raphinha, que ha encontrado su sitio jugando por dentro, el de Pedri, que vuelve a mandar sin correr más de lo necesario, o Lamine Yamal, que ya ha crecido como un veterano con apenas 17 años, son esenciales para entender la mejoría. El Barça actual no enamora en todos los partidos, pero compite con una altura de juego muy efectiva. Eso, en abril y mayo, pasa a ser casi siempre un discurso ganador.

Y a pesar de todo, el Barcelona de Flick no es perfecto. El equipo culé sigue dejando dudas en defensa estática y los centros laterales o los córners le están haciendo un daño inesperado. El balón parado defensivo sigue siendo la asignatura pendiente para mejorar y los errores individuales deben minimizarse aún más para no dar facilidades en partidos importantes.

Además, la gestión del cansancio en una plantilla corta en algunas posiciones es una amenaza real jugándose LaLiga, Champions League y Copa del Rey. Con el torneo copero en el bolsillo y la semifinal empatada a tres goles ante el Inter pendiente de la vuelta en Milán, la mirada del Barcelona está en LaLiga. Esa acumulación de minutos es la que obliga a pensar que, si no hay rotaciones en un partido como el del José Zorrilla, les puede acabar por pasar factura. Con un Clásico en el horizonte y el Inter en apenas unos días, el partido ante el Valladolid llega en ese limbo en el que la mente puede llegar a volar antes de tiempo.

  • Aviso legal
  • Política de cookies
  • Contacto

© 2025 Blanquivioletas

No Result
View All Result
  • Primer equipo
  • Cantera
  • Fútbol provincial
  • Fútbol regional
  • Opinión
  • Actualidad
  • EN

© 2025 Blanquivioletas