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El día que Lamine Yamal se presentó al mundo en Valladolid

La estrella adolescente del Barcelona se hizo viral en noviembre de 2022, en su primera visita a Pucela, donde dejó su primer gol para la eternidad

por Jesús Domínguez
2 de mayo de 2025
El día que Lamine Yamal se presentó al mundo en Valladolid

Foto: Federació Catalana de Futbol

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“Esto no es digno del Real Valladolid ni de su escudo”

Si Hansi Flick no se muestra misericorde, Lamine Yamal disputará este sábado su segundo partido en el José Zorrilla, que no en Valladolid. A orillas del Pisuerga, la estrella adolescente del FC Barcelona ya sabe lo que es exhibirse, y no necesariamente con la camiseta del Barça, con la que, ciertamente, no ha jugado aún en Pucela. Allá por noviembre de 2023, con 16 años recién cumplidos, participó en el España – Georgia de clasificación para la pasada Eurocopa. Un año antes, hace dos y medio, en noviembre de 2022, brilló con la selección de Cataluña.

Pareciera como si hubiera pasado toda una vida, a tenor de lo rápido que ha ido para él el tiempo. Aquellos dos partidos del Campeonato de España de selecciones autonómicas los jugó siendo solamente un cadete que nueve meses después debutaría con el primer equipo azulgrana y que, siendo todavía menor de edad -cumple los 18 en julio- es ya una estrella mundial. El dato viral de esta semana, después de su partido contra el Inter de Milan, lo dice todo: ya es centenario, cuando un tal Lionel Andrés Messi Cuccittini, a su edad, llevaba nueve partidos.

Lamine Yamal en Los Anexos

Volviendo a aquel noviembre de 2022, Lamine Yamal vivió de todo en su primera visita a la ciudad deportiva del Real Valladolid. Con el ’10’ a la espalda y el brazalete de capitán, el primer encuentro lo disputó contra Castilla y León en el campo con grada de hierba sintética de Los Anexos. Y lo suyo fue una absoluta locura; jugó como si lo hiciera con su hermanito pequeño Keyne, y no con jugadores de su edad. Tan superior como explica un tanto.

Cerca de la media hora de juego, recibió un balón al espacio, escorado a banda derecha, y ahí empezó a mostrar un abanico de recursos asombroso. Si minutos antes había sido objeto de un penalti que él mismo anotó, en ese momento hizo una ruleta ante su par, ante quien se pasó el balón por detrás sobre la cal antes de bailar en ella y pasarla. Como aburrido, entregó el cuero a un compañero, pero buscó el área, donde recibió el esférico llovido, y lo controló con el exterior. Y, entre media docena de rivales, les burreó y se hizo hueco para marcar gol.

19 de Noviembre de 2022.

Un tal @LamineeYamal en el campo 3 de los Anexos al Estadio José Zorrilla. pic.twitter.com/09rM6qhuCU

— Álvaro Panedas (@APanedasC) July 9, 2024

“Lo más impresionante de esos gestos es que todo lo que hacía entonces, cuando era infantil o cadete, lo está trasladando a la élite. El control con el exterior fue exquisito, pero me llamó más la atención la capacidad que tuvo para marcar los tiempos y madurar la jugada”, reflexiona Iván Zarandona, amigo de la familia y que sigue al extremo barcelonista desde que era un niño. “Se veía que tenía un punto de madurez en su juego superior al de cualquier otro jugador en el campo”, recuerda sobre ese poso en su fútbol, que ha mantenido al crecer.

De la alagría a la frustración

Fueron distintas las sensaciones narradas a las del segundo partido, jugado un día más tarde, en el Campo 4 de Los Anexos, contra Aragón. Ese día Lamine Yamal vivió con la cara amarga de haber sido viral, puesto que su genialidad había saltado en apenas horas a todas las grandes cabeceras mediáticas de España, donde se hablaba de él como la siguiente gran joya de La Masia. Sus rivales no encontraron otra forma de pararlo que no fuera con reiteradas faltas, lo que provocó tal frustración que fue expulsado por un empujón sin balón a uno de ellos.

“Hay que entender que era un chaval, y que sigue siéndolo. Al acabar el partido hablé con él y estaba enfadado. Le dije que eso no puede hacerlo, que esas cosas, desgraciadamente, son parte del fútbol, y que tiene que vivir con ellas”, explica, sin justificar las faltas que recibió, Iván Zarandona, que se guardó un recuerdo para la posteridad: la foto que se sacó con Lamine y que envió a Sheila, su madre, y que guarda con mucho cariño.

Aunque se trataba casi de un niño, todavía hoy adolescente, Lamine Yamal desprendía aura, como dicen los chicos de su edad o él mismo. Antes de abandonar Valladolid con dirección a Barcelona, aquella expedición comió en la ciudad deportiva y al irse se cruzó con aficionados que iban a ver un Promesas – Laredo que jugó Chuki, a quien este sábado se puede enfrentar. Y, para la gran mayoría, pasó desapercibido. Nada que ver con lo que sucedería hoy si volviera a pasearse por Los Anexos, como hizo entonces vestido de chándal y corto…

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