Que Lamine Yamal iba para estrella es algo que mucha gente dirá que sabía desde hace tiempo, como si sus apenas 17 años y su vertiginosa irrupción hubieran permitido anticiparlo. Sin embargo, hay en Valladolid dos hermanos que pueden asegurar que conocían su existencia desde mucho antes de que por primera vez se hiciera viral o de que saltara a la fama. Ellos son Benjamín e Iván Zarandona, exjugadores del Real Valladolid, que comparten raíces ecuatoguineanas con Lamine y son, desde hace bastante, amigos de su familia.
El menor de los Zarandona, Iván, es quien ha seguido más su evolución como jugador, no solo por esa amistad, sino también en su faceta como representante de futbolistas. Cuando daba sus primeros pasos en fútbol 11, fueron unos cuantos los partidos que le vio jugar, una etapa que el exblanquivioleta recuerda con cariño y en la que su relación con Sheila, mamá de Lamine, empezó a ser más cercana. Jugaba todavía en infantiles, pero sentía él que su crecimiento pudiera llevarle a la élite, aunque no pudieran sus trayectorias cruzarse entonces.
“Hay un gesto, que hizo la primera vez que jugó en Valladolid, con el exterior, que se lo he visto desde que era pequeño, y que ha llevado a la élite. Aquel control, con la pierna en alto, lo repite a veces; hace poco lo hizo contra el Mallorca”, piensa Iván, que reacciona asombrado a cada detalle nuevo de la estrella adolescente, como a cada uno de esos que le vio en categorías de formación y que sigue enseñando, como si el césped siguiera siendo uno de esos campos en los que lo empezó a hacer mientras su familia se esforzaba en salir adelante.
Con discreción, el que fuera centrocampista del Pucela no desvela muchas de las cosas de las que ha podido hablar con Lamine, aunque rememora una conversación en particular. “Recuerdo decirle una vez que tenía que participar más; que si no participaba, tenía que buscar el balón en otras zonas del campo y picar al espacio. Con el tiempo ha cogido eso también, aunque tengo claro que yo no tengo nada que ver; todo eso le pertenece a él. Por ese talento innato que tiene, estoy seguro de que va a seguir sumando otras”, dice, con humildad.
Necesito una explicación, ¿por qué el hermano pequeño de Lamine Yamal tiene una camiseta del pucela? Solo digo que necesitamos un lateral izquierdo. pic.twitter.com/V9GqRLu9no
— Raquel (@Raquel_Mateor) September 7, 2024
El hermanito de Lamine y la ayuda al orfanato
Ese rasgo, la humildad, es intrínseco de los Zarandona. Por eso, aunque hable de él, Iván lo hace con timidez y con un profundo respeto hacia la figura de Lamine y hacia su desarrollo futbolístico. Esos valores y esa forma de ser los comparte con Sheila Ebana, la madre de la estrella del Barça, que ha hecho de la discreción su bandera, por más que en redes sociales, como cualquier otra persona, decida a veces compartir momentos o personas de su esfera privada. Como, sin ir más lejos, el pequeño Keyne, el hermanito de Lamine y parte esencial de sus vidas.
En uno de esos instantes compartidos por Sheila, Keyne llevaba la camiseta del Real Valladolid con el ’10’ a la espalda, regalo fruto de esa amistad y del cariño que tiene Iván al pequeño. De estos detalles participa también Benjamín, quien cada año organiza una jornada benéfica cuya recaudación se destina al orfanato de Malabo, en Guinea Ecuatorial. En la última, una camiseta firmada por Lamine fue uno de los grandes atractivos y uno de los efectos personales que ayudaron a que las donaciones fueran mayores. Y sí, allí estuvieron Sheila y familia.
No en vano, el apego a sus raíces es muy fuerte, como públicamente se ha dicho en más de una ocasión, y el propio Lamine Yamal las ha recordado cada vez que en sus botas ha portado dos banderas, la de Marruecos, el país de Mounir, su padre, y la de Guinea Ecuatorial, del que provino Sheila. Y aunque su nuevo color de pelo, sus gafas de sol o sus bailes se hayan hecho más famosos, también el cariño a su familia forma parte de lo que visibiliza a veces el jugador, ya sea en sus redes sociales, a la hora de celebrar sus goles o en declaraciones.
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En citas importantes
Volviendo a la figura de Iván Zarandona, el exfutbolista y representante ha estado recientemente en algunos partidos importantes; sin ir más lejos, en la pasada final de Copa del Rey, en la que pisó el césped de La Cartuja y donde se inmortalizó con Lamine. No ha sido el único, ya que esta misma temporada ha estado junto a su madre en el Metropolitano, tanto en competición liguera como en las semifinales de la Copa, o en el Santiago Bernabéu, en ese 0-4 de Liga en el que se vivió una de las exhibiciones del hoy internacional español.
Esta presencia es cotidiana fuera de los estadios también, fruto de una estrecha amistad que trasciende del propio fútbol entre los Zarandona y Obana, un binomio que esta campaña ha dado suerte al Barcelona: cada vez que han coincidido en el estadio en uno de sus partidos, el conjunto azulgrana ha marcado y Lamine Yamal ha sobresalido. Otra amenaza para un Real Valladolid al que el extremo ya marcó gol en el 7-0 de Montjuic.
