En el fútbol, como en la vida, hay ausencias que no se notan hasta que regresan. Este sábado, Marc-André ter Stegen vuelve a jugar con el Barça. El guardameta volverá a vestirse, a calentar y a saltar al campo como si no hubiera pasado nada. Pero claro que pasó. Pasaron muchas cosas. En el mes de septiembre, en un partido en La Cerámica ante el Villarreal, su cuerpo le lanzó un mensaje que tardaría meses en descifrar. Dolor, operación, muletas, rehabilitación y silencio durante muchas semanas.
Un corte seco a un arranque de temporada que prometía continuidad y, sobre todo, un capitán notable sobre el campo con toda la confianza de plantilla y staff. Todo acabó siendo una pausa forzosa de siete meses. Desde entonces, el Barça ha aprendido a vivir sin él. El equipo ha ganado partidos e incluso títulos sin las manos de un portero que ha sido vital para el Barcelona. El equipo cambió incluso de rumbo, dándole el peso necesario a Flick y su proyecto, hoy ya asentado. Pero todos han tenido siempre en cuenta a Ter Stegen. Siempre en la memoria. Si alguien simbolizaba la estabilidad y el orden en este equipo antes de Flick, era él.
El José Zorrilla: recinto inolvidable para Ter Stegen
Hansi Flick confirmó con naturalidad esta semana que vuelve el capitán. Y con él, una parte del plan que parecía suspendida en el tiempo. El Barça afronta el momento decisivo de la temporada y lo hará, en parte, con la vuelta de una figura esencial, al menos en LaLiga, donde parece que el alemán parte con ventaja.
Su regreso al césped será en el José Zorrilla. No, no es un estadio especialmente simbólico para él, pero será el lugar donde vuelva a sonar su nombre por megafonía como titular del Barcelona. Será donde Ter Stegen vuelva a escuchar el silbido del árbitro sabiendo que tiene por delante noventa minutos de juego. Un partido y un estadio en los que volver a empezar.
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Marc ter Stegen ha sido intervenido de forma satisfactoria de la lesión en el tendón rotuliano de la rodilla derecha por el doctor Joan Carles Monllau con la supervisión de los Servicios Médicos. Es baja y su evolución marcará su disponibilidad pic.twitter.com/EbIVtbon5f
— FC Barcelona (@FCBarcelona_es) September 23, 2024
Durante su ausencia, ‘Tek’ Szczęsny, recién salido del retiro y llegando al Barça de urgencia, cubrió la portería con mucha dignidad y calidad. Cumplió y brilló, pero el regreso de Ter Stegen parecía marcar el comienzo del fin de esa hegemonía. A veces no se mide la carrera en paradas, sino en presencia. La habilidad de Ter Stegen va más allá de lo que evita.
Su silueta, siempre recta y fiable, ha sido durante años una constante confiable en este Barça moderno que no siempre tuvo esta sensación de poder ganar a cualquiera. Hubo tiempos en los que, en el equipo, Ter Stegen simbolizaba una de las pocas certezas culés. Hablar de su vuelta es, en realidad, hablar de un reencuentro. De una reconexión del equipo con una parte clave de su estructura emocional y liderazgo natural.

El guardameta vuelve cuando más se le necesita, en medio del barro competitivo. El alemán vuelve sano para sumar en este Barça que necesita un gran impulso en las últimas semanas del curso. Un recurso para sostener al equipo y dejar claro que sigue siendo el mismo. En Valladolid saldrá a relucir de nuevo su presencia con el ‘1’ a la espalda. Ter Stegen será celebrado en silencio, pero con la naturalidad de volver al máximo nivel tras pasar varios meses fuera. Y no es solo un desafío físico, sino que es un ejercicio de fe.
Siendo Ter Stegen poco de discursos teatralizados, da la sensación de que hablará en el campo con paradas, pases, gritos esenciales y salidas en el momento justo. Su regreso no solo una buena noticia, sino que es una certeza. Quien vaya a Zorrilla, verá un regreso clave. Una buena noticia más allá de la camiseta y del marcador. Ter Stegen no regresa con la intención de demostrar nada. Al menos hacia fuera. Lo hará entendiendo que el tiempo perdido no se recuperará porque nunca se perdió. Nadie olvidó al gran capitán de la portería culé. Sus rivales seguro que tampoco.
