La Dirección General de Tráfico (DGT) ha confirmado que tiene en marcha un gran plan para modernizar sus métodos de control y vigilancia en carretera, lo que, sin duda, va a afectar directamente en el aumento de la recaudación en multas. La clave está en la renovación de su flota de helicópteros Pegasus, así como en la ampliación de las horas de vuelo y la incorporación de más personal cualificado para operar estos dispositivos.
A partir del próximo mes de septiembre, la DGT va a iniciar un proyecto a tres años vista que supondrá una inversión de 100 millones de euros y cuyo objetivo es dotar a los medios aéreos de tráfico de un nuevo modelo de gestión, más eficiente y con mayor capacidad de supervisión. Esto permitirá un control más preciso de las carreteras españolas, especialmente en lo relacionado a la detección de infracciones por velocidad y distracciones al volante, aumentando así el número de sanciones impuestas.
La modernización de los helicópteros Pegasus
Como ya hemos mencionado, este nuevo plan de la DGT se basa en renovar la flota de helicópteros Pegasus, ya que actualmente estos dispositivos tienen una media de 11 años de antigüedad, lo que no solo supone que se hayan podido quedar algo obsoletos comparados con los que tienen mejoras más actuales, sino que precisan de mayores labores de mantenimiento, algo que no solo supone que pasen mucho tiempo en reparación sino todos los costes asociados a ello.
Y es que, para más inri, muchos de los componentes que estos helicópteros usan ya se encuentran descatalogados o es bastante complicado conseguirlos, tal como pasa con las lentes los giroscopios o las placas electrónicas. Como guinda del pastel, algunos de ellos no se adecuan a los nuevos requisitos aeronáuticos, lo que hace que sea imprescindible empezar a renovar la flota que actualmente cueNTa con 13 aeronaves y siete patrullas repartidas entre la península y Baleares.
El nuevo plan no solo busca reemplazar los helicópteros más antiguos por modelos más modernos y eficientes, sino también aumentar la operatividad de los que ya están en funcionamiento, lo cual se traduce en más horas de vuelo dedicadas a la vigilancia y control del tráfico, con el objetivo de duplicar las actuales, pasando de unas 2.700 horas al año a unas 5.544 horas, el 90 % de ellas destinadas a la observación y vigilancia de las carreteras.
Rejuvenecimiento de la plantilla y más horas de vuelo
Pero no solo los problemas provienen de los propios aparatos, sino también en lo relacionado al factor humano, es decir, en el personal cualificado para manejar tanto los helicópteros como los dispositivos de vigilancia que llevan estos. La falta de gente capacitada para llevar estas labores no es fácil de conseguir, haciendo que ahora mismo cuenten en la plantilla con 19 pilotos de helicóptero con una media de 55 años, 10 técnicos de mantenimiento de 59 años y 11 operadores de fotovídeo de 54 años.
Por si la longevidad media de la plantilla no fuese ya de por sí un inconveniente (junto con la dificultad de renovarla debido a los perfiles tan específicos que se necesitan), dos siniestros que tuvieron lugar en 2023 hicieron que algunos de los mencionados trabajadores tuvieran que cogerse jubilaciones anticipadas y bajas laborales, por lo que los equipos de trabajo se han visto reducidos.
Como solución a este problema, la DGT va a renovar tanto helicópteros como la plantilla, contratando nuevos a pilotos y técnicos que reduzcan la edad media del personal y que garanticen que el servicio se puede llevar a cabo sin problemas los 365 días del año, pero sobre todo en ciertos periodos en los que el volumen de vehículos que encontramos en las carreteras es mayor, como es el caso de la Semana Santa, las vacaciones de verano o en Navidad.
 
			