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Ni fitness ni saludables: este es el verdadero impacto de las barritas de proteínas en tu cuerpo, según la ciencia

por Elena
26 de mayo de 2025
Este es el verdadero impacto de las barritas de proteínas en tu cuerpo

Este es el verdadero impacto de las barritas de proteínas en tu cuerpo

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Las barritas de proteínas se han convertido en un básico para muchas personas que buscan cuidar su alimentación, ganar músculo o simplemente picar algo entre horas sin sentir culpa, pero la ciencia tiene algo que decir al respecto, y la conclusión no es precisamente la mejor, ya que ni ayudan tanto a desarrollar músculo ni son tan saludables como nos hacen creer. De hecho, su impacto en el cuerpo se aleja bastante de lo que promete su envoltorio brillante o los anuncios que vemos por la televisión y en las redes sociales.

La mayoría de barritas de proteínas contienen una cantidad considerable de este nutriente, sí, pero no en la forma que mejor asimila el cuerpo. Según un estudio reciente publicado en Nature, la digestibilidad de las proteínas que contienen puede reducirse hasta en un 47 % frente a su versión no procesada, es decir, donde el envoltorio promete 30 gramos, tu cuerpo apenas aprovecha la mitad.

Pero esto no es lo único que deberíamos saber sobre este tipo de alimentos y sobre las promesas que nos hacen a los consumidores, ya que las implicaciones para nuestro cuerpo a largo plazo pueden ser bastante preocupantes si somos unos aficionados a las barritas de proteínas.

Barritas de proteínas: mucha publicidad y poca proteína útil

El auge de las barritas de proteínas no es casual, ya que se ajustan como un guante a la cultura de la inmediatez: listas para comer, fáciles de transportar y con sabores que recuerdan más a un postre que a un alimento funcional. En muchos gimnasios, incluso en barrios pequeños, se han colado en máquinas expendedoras, y parece que quien no se toma una después de entrenar está desaprovechando el esfuerzo que ha estado haciendo durante su rutina de ejercicios.

Pero no es oro todo lo que brilla, ya que la proteína, aunque presente en el 81 % de las barritas analizadas en el estudio, las cuales cumplían los requisitos legales para considerarse “altas en proteínas”, no significa que esta sea de buena calidad o que el cuerpo pueda utilizarlas eficazmente. La clave está en la biodisponibilidad, es decir, en cuánto de esa proteína es realmente absorbida. Y ahí es donde las barritas de proteínas, sobre todo las más procesadas, salen perdiendo.

Las que contienen proteínas lácteas puras tienen una puntuación algo mejor, pero siguen quedándose por detrás de las fuentes no procesadas; mientras que la mezcla de proteínas vegetales, animales y colágeno, presente en muchas marcas comerciales, reduce aún más su valor nutricional real.

El lado menos sano de las barritas de proteínas

Además del bajo aprovechamiento proteico, hay otro aspecto que genera preocupación: su procesamiento. Las barritas de proteínas son productos ultraprocesados, y eso ya debería hacernos levantar una ceja, ya que la larga lista de ingredientes incluye desde aceites refinados hasta aromas artificiales, pasando por edulcorantes, conservantes y texturizantes diseñados para que la experiencia de comerlas sea tan placentera como adictiva.

Y esto no es algo que podamos tomarnos a la ligera, ya que el consumo habitual de productos ultraprocesados se relaciona, según varios estudios, con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas, cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer. Como advierte la nutricionista Gabriela Gottau, estas barritas pueden tener “un perfil nutricional inferior al que se espera de un alimento con supuestos beneficios”.

En muchos casos, su sabor y textura se consiguen a costa de añadir ingredientes de calidad dudosa que poco o nada tienen que ver con una alimentación saludable, lo cual hace que, al final, esa barrita con sabor a “cookie dough” puede estar más cerca de una golosina que de un suplemento que de verdad sea bueno o beneficioso para nuestra salud.

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